viernes, 30 de diciembre de 2011

2011. El año de la crueldad

Periodista: -¿Le gustó su trabajo?
Torturador: -A veces, pero no es una cuestión de gustos.
Memoria del miedo, Andrew Graham-Yool
No, señores, no hablaremos aquí del postrero idilio de Gaddafi con una escoba, ni de la muerte accidental de Bin Laden, tampoco del viaje romántico a Washington del principito cleptómano. El 2012 ha sido un año de crueldad y sangre y sudor y lágrimas. Un año de crisis, miseria y violencia. A ello hemos contribuido en gran medida.
No disimulen, no vengan con aquello del fútbol arte, del caudal de juego ofensivo y todo eso. Que el Barça da espectáculo es una obviedad tan grande como que se maneja de forma cruel con sus adversarios. 2012 se cierra con 64 partidos del Barça, de los cuales 24 se han saldado con victorias por tres o más goles de ventaja, lo que en otro tiempo se llamaba "paliza" y ahora es "rutina". El Barça ha ganado cinco títulos, ya lo saben, y ha perdido un único partido importante. Sólo uno.
Pese al fulgor de su fútbol, a su calidad irrepetible, este equipo se asemeja aun más a un ejército hambriento que a Walt Disney. No se entendería si no su afición a la victoria, su voracidad, ganar, machacar, volver a ganar. Ahí está el 9-0 a L'Hospitalet: la obra de un loco. Para entender el hambre de siglos de este equipo hay que mirar a Mordor, donde los Quincazos Multirreincidentes, han conseguido sobreexcitar a demonios que Xavi, Pedro, Busi y compañía ya habrían encerrado hace ya tiempo.
2011 fue el año en que nos ensañamos con La Banda: no hartos con la orgía del 5-0, les quitamos la Liga en casa, un año más. Les echamos de la Champions también en el Bernabéu. Les enseñamos un título tras otro por televisión. En verano, con las chancletas aún puestas, les explicamos quién era el mejor, fue el alarido del año, por encima del Manchester, por encima del Oporto, del Santos. Seguramente fue el día que mejor quedó retratada esa crueldad azulgrana. Meses después, otra visita al Bernabéu, para regalar un gol a los 20 segundos, quedar a nueve puntos momentáneamente y acabar con otro encarnizamiento.
2011 ha sido un año azulgrana porque fue un año oscuro y de bajas pasiones. Y, como al torturador de Graham-Yool, a los jugadores del Barça les apeteció hacer su trabajo.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Contra Iniesta

¿Qué pensarían ustedes si Alexis llevara 17 goles y Pedro 7? ¿O si con Puyol de central hubiéramos encajado 20 goles y con Piqué 10? Lógicamente, concluirían que Alexis y Piqué deberían jugar siempre y que Pedro y Puyol son carne de banquillo. Pues bien, por ese mismo razonamiento, todos deberíamos estar convencidos de que Iniesta merece ser suplente.
En esta cueva hemos alertado de la inconsistencia de los números para explicar el fútbol, pero es evidente que las estadísticas sí muestran alguna realidad. Permitan que comparta con ustedes mi turbación: no es lógico que el futbolista para quien pedimos día sí y día no el Balón de Oro sume en Navidad sólo ocho goles y asistencias (cuatro y cuatro). No es de recibo que un jugador de la talla de Iniesta tenga esas cifras cuando un tal Messi suma 44 goles marcados o servidos.
Es injusto comparar a nadie con La Bestia Parda, es verdad, que además juega más adelantado que Iniesta. Pero es que Sex -que también ha sufrido lesiones- suma 19, y Xavi 14. Si les pica la curiosidad: Villa suma 12, Cuenca, 11, Alves, 10. Thiago y Adriano igualan al jugador para quien Sport pide hoy el Balón de Oro. Pedro (siete) y Alexis (seis) quedan por debajo.
En este rincón de mundo entendemos que ver flotar a Iniesta sobre el césped es una experiencia estética insuperable. Que nadie tiene su clase -y ese nadie incluye absolutamente a todo el que se atreva tocar una pelotita con los pies-, que hace tiempo que está al nivel de Zidane. Pero sencillamente un tío de su nivel no puede contentarse con igualar a Adriano. Un jugador que aspira al cetro mundial debería llevar, por lo menos, lo que Xavi. Puede que Iniesta necesite una dosis de Luis Aragonés. Puede que le falte entender que a alguien de su talla no le basta con exhibirse con el partido decidido en el Bernabéu. A un crack mundial hay que pedirle que decida los partidos una semana sí, y otra también. Aunque sea pálido, buena gente y de la casa.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Antinavidad

Muy probablemente están todos ustedes ebrios o a punto de estarlo. Esta Caverna no anda mejor y está chistosa desde que ha visto la portada del As. Ahí tienen a la Familia Real. Falta el ladrón, objetará alguien. Por Dios, está Mourinho justo en medio: el entrenador que llegó para ganar y gastó como dos jeques para lograr una Copa. El hombre que mientras distraía al pueblo con su circo, se dedicó a fichar jugadores de su propio agente sin el menor rubor. ¡Que falta el yonki!, pues tampoco. Ahí está Casillas, adicto al sadomaso y a la dominación violenta. ¿El inmigrante? El pobre Higuaín, marginado en un equipo de delincuentes donde no encajan sus maneras elegantes. Ya, y ¿la anoréxica? No sale en la foto, cierto. Es la afición, se quedó en el baño con una portada del Marca. Oiga, quedan por lo menos un par de mongos, ¿quiénes son? Eso ya es más difícil, porque sólo nos queda Marcelo, ese sabio, y Ramos, la ciencia encarnada. ¿Preguntan por el intocable? Ahí está también: su bajeza real, el Delincuente Primero.
Bonus track: Observen detenidamente esta imagen. ¿Qué demonios hace este palestino disfrazado de Villa? Ni idea. Pero den por descontado que está en fuera de juego y que no le da ni de coña.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

El ganador

"I play to win, whether during practice or a real game. And I will not let anything get in the way of me and my competitive enthusiasm to win"
Michael Jordan
Nada como una final retrata la fuerza mental y la ambición de los futbolistas. Los más grandes, ya lo saben, aparecen en los partidos a vida o muerte. Y hay un dato que, más que nada de lo que se haya dicho sobre la Bestia Parda, le define como competidor.
Como jugador del Barça, Messi se estrenó con mal pie en los partidos decisivos. Era el año 2006 y en la final de París salía de una lesión, Rijkaard ni siquiera le convocó. Dolido, no salió a recoger el trofeo, que legítimamente se ganó aguantando la dureza de otro mercenario de Mourinho. Messi no aparece en aquella foto feliz. Meses después, participó en el desastre de Mónaco (0-3 ante el Sevilla) y tampoco marcó en la Supercopa de España ante el Espanyol.
Superada la adolescencia, Messi ha disputado otras 13 finales en que ha marcado 15 goles. Como saben, ha ganado diez de 11; en total ese porcentaje es de 11 de 13. Y ésta es tal vez la estadística más asombrosa de la Bestia Parda cuando se presenta ante Pelé, Maradona, Cruyff o Di Stéfano para mirarles desde su misma altura.
Uno concluye que es cierto que los misterios de la genética son insondables cuando a un negro carismático de 1,98 le puede salir un hermano blanco y mudo de 1,69.

lunes, 19 de diciembre de 2011

La década negra

Barça de Guardiola (2009-2021). Durante doce años, el Barcelona fue el gran dominador del fútbol mundial. La dictadura que ejerció coincide, según los historiadores, con la época más oscura de la historia de este deporte. De ahí las referencias a la década negra o a la maldición de los 12 años. Según los estudiosos, el Barça "mató el fútbol" (Hobsbawm), ya que un juego "basado en la democracia y el azar, donde todos podían ganar, se convirtió en un monólogo". Los expertos defienden que la hegemonía del conjunto catalán tuvo su origen en el pésimo nivel de sus rivales. "Nunca todos fueron tan malos" fue el lema que un grupo de intelectuales españoles, encabezados por Tomás Roncero, se manifestaron en las plazas españolas pidiendo la exclusión del Barcelona de las competiciones oficiales y la devolución de todos sus títulos. En efecto, aquel Barcelona, que jugaba con una mayoría de jugadores criados en sus categorías inferiores y sólo acudía al mercado para fichar complementos o lastres, se encontró con rivales de ínfimo nivel. Así lo prueban los tres primeros equipos que lo lograron derrotar. El Sevilla, gracias a su guardameta y a un tal Chigrinsky, que jugaba en el Barcelona. El Inter de Milan, que tuvo como aliados, un volcán y un arbitraje dudoso, y formó con siete jugadores defensivos a la ida, ocho a la vuelta, en un bochornoso espectáculo ultradefensivo. (Aquel Inter menor fue el mejor de Europa en 2010). Y el Real Madrid, tras una final que pasó a la historia por media docena de agresiones no detectadas por el árbitro. El Barcelona, con juego monótono, poco viril y escasos zapatazos, fue durante años el menos malo en un planeta donde desaparecieron los buenos equipos. Así, ganó varias finales europeas contra un Manchester United sumido en una crisis tal que alineaba coreanos. Se impuso en una Intercontinental a un equipo argentino que fue tan blando como para dejarse empatar de cabeza y en el último minuto por un delantero de 1,69 metros. Y ganó otra Intercontinental por goleada ante un equipo brasileño, que tenía al heredero de Pelé en sus filas, pero que fue incapaz de plantar cara a un Barcelona que alineó aquel día a sólo tres defensas y seis centrocampistas. Ni siquiera el Madrid, el único equipo del mundo con dos Balones de Oro en sus filas, con una inversión inalcanzable incluso para los jeques árabes que proliferaron en aquellos años, logró alcanzar un nivel decente, y llegó a encadenar rachas en que perdía ante el Barcelona por 28-9 en duelos directos. Muchos han coincidido en que aquel Barcelona fue "el tuerto en el país de los ciegos" (Moa). Así, un equipo menor encadenó 12 ligas y nueve Champions, además de otros títulos. A los 33 años, harto de ganar, Leo Messi, estilete del equipo y causante de la extinción del Balón de Oro tras lograr siete galardones consecutivos, colgó las botas. Y el fútbol volvió a ser lo que había sido siempre.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Santos

Pe-lé. Dos sílabas juguetonas designan al mayor mito del fútbol. Es el nombre del dios del balón. El de los 1.284 goles y los tres Mundiales. El Santos fue la iglesia sobre la que edificó su leyenda. El suyo era un equipo terrible, temido, conocido en todo el planeta. Allí ganó 22 títulos nacionales, dos Libertadores, dos Intercontinentales. Hubo en los 60 adolescentes que se fascinaron con el fútbol de la mano de aquel genio al que veían correr en el No-Do. Técnico, rapidísimo, voraz, indomable. Un iluminado al que sólo se frenaba a base de entradas asesinas. Un demonio negro. El número uno cincuenta años después y seguramente para siempre jamás. El 10 del Santos.
Y ocurre que este Barça histórico vuelve a tener la suerte de embarcarse en un viaje en el tiempo para enfrentarse a las esencias del fútbol sudamericano, a otro equipo legendario. Así fue en 2009 contra el Estudiantes, contra the Animals. Así será el domingo, con el equipo que comanda Neymar. Una pantera blanca, con sus calentadores entre las medias y el pantalón. Un mago con el balón, con una aceleración eléctrica, pura fantasía, el único que desde el otro lado del Atlántico ha cuestionado el trono de la Bestia Parda. Un artista que ha llenado el país de crestas en gente de todas las edades y ha rescatado el viejo orgullo del Santos dándole la Libertadores 48 años después.
Y así, cuando no hace tanto celebrábamos chilenas que nos clasificaban cuartos en la Liga, disputamos este sábado el título más difícil de ganar del planeta. El cetro global. Juega Pelé. ¿Alguna vez soñaron con verle jugar? ¿Soñaron que derrotaríamos a Dios?

jueves, 15 de diciembre de 2011

La lesión y el 'kitsch'

"El kitsch provoca dos lágrimas de emoción, una inmediatamente después de la otra. La primera lágrima dice: '¡Qué hermoso, los niños corren por el césped!'. La segunda lágrima dice: '¡Qué hermoso es estar emocionado junto a toda la humanidad al ver a los niños corriendo por el césped!'. Es la segunda lágrima la que convierte al kitsch en kitsch".
Milan Kundera, La insoportable levedad del ser
Un apunte sólamente. Tras el espectáculo cinegético que fue el esprint de Villa entre los dos centrales del Al Sadd, tras la dureza expresiva de las imágenes de su lesión, llega el horror kitsch. Y la España con cinco millones de parados se llena de mensajes de apoyo al chaval, las redes sociales se inundan de muestras de solidaridad como si nunca hubiésemos oído auténticas tragedias, como si no las hubiésemos sufrido en la propia piel. Y así, la tibia de un multimillonario paraliza el país.
Cabe recordar que esto es fútbol, un deporte violento, de contacto. Los cataríes eran nefastos pero querían ganar y tenían su orgullo. Shit happens. Dentro de seis meses, Villa a penas treintañero, volverá a los campos de fútbol. Para entonces, en su palmarés brillarán nuevos títulos y estará en perfecto estado de salud. No me lloren, por Dios. Y no me digan que lo cambiaban por la tibia de algún otro delantero.
Ánimo, Guaje, que no es nada, y força Cuenca.

martes, 13 de diciembre de 2011

La Fundación Khedira, año II

La Fundación Khedira abrió sus puertas hace un año. Esta institución fue inaugurada con motivo de la trepanación pública de once futbolistas vestidos de blanco. Tras el 5-0, un equipo de psicólogos y trabajadores sociales decidió que era el momento de ayudar a los centrocampistas y defensas de La Banda, protagonistas de la mayor emergencia humanitaria ocurrida jamás fuera del Cuerno de África. La fundación abría sus puertas también a aquellos que pensaban que la victoria de España en el Mundial se debía al papel de Casillas, Alonso y Ramos.
Un año más tarde, la Fundación Khedira tiene que hacer una llamada desesperada ante sus problemas de financiación y la avalancha de nuevos clientes aquejados de estrés postraumático. Entre los casos más extremos se cuentan:
a) Los lectores de As y Marca y los telespectadores de TVE, Cuatro, La Sexta, Antena 3 o Telecinco. (No insistan: nada podemos hacer por quienes sintonizan Tele Madrid).
b) Los que se han acostumbrado a usar como argumento de oro en sus discusiones el monosílabo "Mou".
c) Los que musitan que "esto tenía que arreglarlo mi Mariano".
Ante la imposibilidad de atender todas las solicitudes de ingreso, la Fundación Khedira estrena un tratamiento paliativo a distancia: el Método Coentrao. Este sistema recuerda a los pacientes que desde la Liga de 2008-2009, el Barcelona suma 12 títulos, por uno La Banda. El marcador acumulado de los choques entre ambos es de 28-9. Se insiste a los bandófilos en que tienen derecho a creer en lo que quieran -por creer, pueden creer en Altintop- pero que ante todo deben recordar que su dolor y humillación podría ser peor.
El paso clave del Método Coentrao sitúa al paciente en la piel de este futbolista que costó 30 millones de euros y que sufrió el sábado toda suerte de humillaciones. El bravo lateral luso quedó inmortalizado llegando tarde en el primer gol y en el tercero, sus tacos fueron rociados de orines, y sólo encontró consuelo en una nueva proeza del primer cliente de esta Fundación.
La Fundación Khedira llama a la gente de buena voluntad a hacer sus ingresos en la cuenta 2100 0857 0100 705 304 y a sus pacientes a recordar que "suerte" significa "hasta abril no toca".

domingo, 11 de diciembre de 2011

Una maldición llamada Barça

"Sic semper tyrannis"
Marco Junio Bruto.
El sol saldrá en un rato, a las 5.49 horas. Para entonces, Canaletes seguirá tan vacía como lo ha estado la mayor parte de la noche. Los quioscos explicarán a todo color la victoria del Barça. A mediodía, las familias se jactarán de que ya veían venir la victoria. Luego habrá formidables siestas. Valdebebas y las redacciones del As y el Marca serán un embarazoso funeral de mentirosos. La vida seguirá sin mayores contratiempos.
El cuarto triunfo en las últimas seis visitas al Averno llegó precedido de un cierto aroma a rutina. Ya saben, derechos adquiridos, tradición, costumbrismo clásico, derecho de pernada. Porque las mentiras de los voceros del Tito Flo ya no calan como otrora. Los creadores de ese superventas llamado Robben es mejor que Messi estaban ahora con El mejor año de Mou es el segundo. Y el barcelonismo ha llegado ya a mirarles con cierta piedad.
Ganar a La Banda es lo normal. Tanto que no importa que Valdés haga un fallo terrible a los 15 segundos. Tanto que no importa tener a la peor defensa que hemos visto desde tiempos de Christanval. Enfrente estaba la miseria de siempre: contragolpe, balón parado y CR Ceja. Ellos: el equipito donde el Delincuente Segundo y Butragueño coinciden en destacar el glorioso espectáculo que supuso la carnicería de la última final de Copa. El Fútbol Club Mendes, una mala copia de aquel Chelsea de 2005.
Nosotros: un equipo legendario, humilde, compacto, que puede ganarles de uno, de dos, de cuatro o de seis sin abandonar su fútbol artesanal. Un equipo hecho de cantera y ciertos valores que, por encima de todo, ama desnudar al Mal Absoluto. Un equipo que a cada nuevo Clásico parece tener más claro que la Banda de los Quincazos Portugueses es, a día de hoy, un elogio de la mentira, la codicia y la violencia, pero no un rival a su altura.
Sale el sol a las 5.49 y la verdadera pregunta es cuándo se cansará el Barça de masacrar a los de blanco. Pues bien: nunca. Sic semper tyrannis. Así siempre con los tiranos.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Perfect Day

Just a perfect day /
feed animals in the zoo /
Then later /
a movie, too, and then home
Perfect Day, Lou Reed
Pupilas dilatadas, vacío estomacal y perennes ganas de mear. Sí, señores, el Madrí-Barça del Bernabéu ya está aquí. En los últimos tiempos, semejante ocasión se ha convertido en el día más esperado del año para el barcelonismo. Porque es cierto que el 5-0 y el 3-2 de Supercopa, los dos partidos que revelaron la auténtica naturaleza de La Banda, se produjeron en el Camp Nou. Pero las victorias en el Averno tienen una mayor fuerza evangelizadora.
En esta ocasión, llegan los Quincazos en pleno extreme makeover. Líderes en la Liga, intratables en Europa, metiendo goles a porrón. A un servidor La Banda le parece el mismo engendro de cuando la pegada, la misma máquina de jugar al contragolpe que ha sido ese equipo desde que el hombre es hombre. Los voceros del Tito Flo aseguran, además, que han abandonado la delincuencia verbal. En fin: Pepe aseguraba la semana pasada que es "injusto que se diga que el Barça es el mejor del mundo". Mourinho decía anoche que la victoria del Barça en el Bernabéu de la última Champions se produjo "en circunstancias extrañas".
Y uno ve toda esa inquina y no puede dejar de pensar que éste es el deporte en que todo es posible, en que cuentan el azar y los detalles, pero sobre todo, la fe de los vestuarios, sus ganas de hacer cosas juntos. El del Barça, desde hace cuatro años, está convencido de la necesidad de hacer prevalecer su modelo de canteranos y juego de ataque. Pero su otra razón de ser es la voluntad de hundir una y otra vez al Delincuente Primero.
En la semana en que Sócrates vio cumplida su voluntad de morir un domingo en que Corinthians fuera campeón y en que un equipo de colegio llamado Pilaristas culminó el hito de jugar contra el campeón de Europa Caja Segovia, uno piensa que sigue habiendo lugar para los románticos. Sean obedientes: el sábado, al zoo, después, al cine y luego, a casa.

lunes, 5 de diciembre de 2011

El plan de Guardiola

Muy buenos días: faltan 128 horas para que se detenga el universo. Tras el psicodrama del pasado mayo y la erupción volcánica de la Supercopa, vuelve a ser ganar o morir. Lo dicho: muy buenos días.
La misión es la que es: llega el Barça seis puntos por debajo y con la necesidad de ganar en el Bernabéu. A pesar de la rutina del manita team -que gana más puntos contra La Banda que contra el Espanyol- no parece fácil lograr en el Averno lo que no se consiguió en Getafe, Bilbao o Anoeta.
Guardiola movió el vestuario el pasado verano con dos premisas. Una, podar a los descolgados en lo deportivo (Milito, Jeffrén) y a los excluidos en lo humano (Bojan). Otra, pensar en los enfrentamientos directos con La Banda de los Quincazos, una gente que saldrá con seis tíos de vocación defensiva y con quien se lo jugará todo un año más. De ahí el fichaje de un delantero explosivo y con regate. De ahí la contratación del mejor llegador del mundo. Si recuerdan, en los dos partidos más decisivos del año pasado (la final de Copa y la ida de Champions), los reservas que metió Guardiola para oxigenar el equipo fueron Maxwell, Keita, Afellay y Sergi Roberto. El sábado bien podrían ser Cuenca, Pedro y Thiago. Incluso, si ganamos de mucho, un tío llamado Villa. Hola, Iker, ¿cómo estás?
Pero la vida no es tan sencilla, por más que el Tito Flo siga sin entender el asunto. Ocurre que ahora jugamos con una defensa infame. Y que aunque juguemos con cuatro, allí, en el área, donde se decide todo, es posible que tengamos a Piqué, Mascherano, Abidal o Puyol, todos ellos en su peor momento. Y por ahí flojea el plan de Guardiola.
En fin, ya saben que hace tiempo que en esta Caverna abandonamos la prudencia y nos gusta lanzar vaticinos... Es posible que encajemos cuatro goles. Pero que nadie se haga el sorprendido si metemos seis.

viernes, 2 de diciembre de 2011

La fiesta pagana

Rezar: "Dirigir a Dios o a personas santas oraciones de contenido religioso". Oración: "Obra de elocuencia, razonamiento pronunciado en público a fin de persuadir a los oyentes o mover su ánimo". Y también: "Súplica, deprecación, ruego que se hace a Dios o a los santos".
Existe en Barcelona un profesor de universidad, lúcido y excéntrico, especialista en religión, que sostiene que nada como un partido de fútbol reproduce el hecho religioso puro, el de nuestros antepasados en las cavernas. Ustedes se habrán hartado a lo largo de los años de hablar con los futbolistas durante los partidos. De su equipo y del rival. En voz alta o sin palabras. Murmurando o entre gritos. Declarándoles su amor o insultándoles. Les hago memoria:
-Leo, son tuyos.
-¡Tu puta madre, joder, dala fácil!
-Lo fallas... Lo fallas... Fállalo... Por tus muertos...
-¡Vamos, Andresín vamos, nen, no me jodas!
-¡Jódete, hijo de la gran puta!
-Gracias, Ronnie, te quiero, Ronnie.
A menudo estas frases -un buen termómetro para medir el grado de civilización de nuestra sociedad- adaptan su idioma al receptor. Hay castellanoparlantes acérrimos que a Xavi le hablan en catalán. Catalanoparlantes que a Messi siempre le hablan en español. Y se da un nivel de sinceridad ahí que no empleamos en sociedad, ni siquiera con nuestros seres queridos (afortunadamente, porque el equivalente serían cosas como "Di papá, hijo de puta", o cosas aun peores). El trato que se dispensa en estos monólogos es de absoluta familiaridad; se usan motes privados que nadie más emplea con una complicidad que asustaría a los futbolistas de ser conscientes de ella.
El profesor de quien les hablo asegura que las cascadas de murmuros, gritos y pensamientos que se producen durante un partido son simplemente rezos invocados en presencia del dios balón. Pero no digan ahora que les turba su propio fanatismo. Sí, se han pasado la vida orando. Sí, mañana les toca otra vez. Sí, viva la fiesta pagana.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Jesus loves me

Después de 371 entradas, tres años, nueve meses y 21 días de blogueo marginal, esta Caverna recibió ayer una noticia que quiero compartir con ustedes. No se entusiasmen: ni el Bar Deportes ni la Libreta de Van Gaal ni ningún otro tótem han tenido a bien recomendar este rincón. El seguimiento de esta creación es tan humilde como de costumbre -y a fe que son ustedes un público selecto y reducido, prácticamente les conozco a todos ustedes y eso es una suerte-. Tampoco he recibido, ¡ay, las!, un ofrecimiento económico para ganarme la vida con este artefacto.
Lo ocurrido ayer es mucho mejor que eso. Sin más dilación: Juliano Belletti se asomó ayer a Twitter para agradecer a este Cavernario que tenga como foto de perfil la misma que incluyo aquí y que también uso en el Facebook de este blog. Don Juliano Belletti in person. Mi reacción, pueden imaginarlo, fue ponderada, como corresponde a un señor de orden que transita ya su cuarta década. En fin, le respondí con un enlace a la entrada-homenaje que le dediqué en su día. Y hoy, en las estadísticas, aparecía una visita desde Brasil, algo que ayer no tenía. Qué quieren que les diga, uno escribe para que de vez en cuando ocurra una cosa así.
Entiendo perfectamente las psicopatologías, traumas y frustraciones que revela este mensaje. Pero sean comprensivos: les escribe el demente que un día parió La Caverna Azulgrana. Y qué demonios, estaba harto de verle la cara a Gabri.