martes, 29 de mayo de 2012

Barjuan se sentiría orgulloso



No cuesta imaginar a Sergi Barjuan sonriendo satisfecho a lo largo de toda la campaña, admirado ante el horror perpetrado semana tras semana por la defensa de este equipo histórico. Nunca desde que otorgamos el humillante Trofeo Barjuan al defensa que ha facilitado más goles del rival se habían alcanzado semejantes cifras: Mascherano revienta el récord de Puyol y se va a los 9,77. Puyol es el peor segundo que habíamos visto con 7,66. Abidal el peor tercero con 5,91, y Piqué, pese a haber jugado mucho menos que el pasado año, multiplica su productividad escatológica y se sitúa en 5,75. Nunca entre los cuatro peores del Trofeo Barjuan habían sumado 29 goles en contra. A ellos hay que señalar por los títulos que se han escapado y por el récord negativo durante la era Guardiola de 48 goles encajados.

Pero centrémonos en el flamante ganador del Trofeo Barjuan 2011-2012. Tuve la suerte de saludarle hace apenas 15 días. Va muy recto, con los codos levantados junto al cuerpo en ángulo, en una posición típicamente futbolera. Mira muy de frente y lleva escrito en la frente "Estás hablando con alguien que ha llevado el brazalete de Argentina". Mascherano es un jugador noble, honrado e idolatrado por la grada. Seguramente es también el único capaz de desafiar a Puyol en demagogia defensiva. Es cierto que sus tackles son de libro. Y que su sentido de la anticipación es asombroso. Cierto es que si ha jugado tanto es porque la plantilla era muy corta y se han sucedido las desgracias. Y, digámoslo también, en muchos partidos ha pagado la ocurrencia de los tres defensas. Pero a pesar de todas las ovaciones que le ha tributado el Camp Nou, nadie ha sido más nocivo para Valdés este año.

Basta recordar la cara asombrada de Guardiola cuando vio a Mascherano abandonar la posición de central en la última jugada de un partido reciente en que intentó tapar un pase imposible desde el centro del campo. Contra el Chelsea falló en el gol de Drogba en la ida y en el de Ramires en la vuelta, él mismo lo asumió y era el jugador más afectado en el vestuario. Contra La Banda en el Camp Nou también pudo hacer más en el gol de CR Ceja. Falló los días clave y falló mucho más. Pero el Jefesito nos cae bien. Vean qué decía hace una semana en El País: "[La anticipación] es jugar con una pistola cargada. En eso debo mejorar. No todo lo puedes anticipar y más en este equipo, que son 40 metros atrás de vacío (...) Me cuesta ganarla por alto. Me faltarían cinco centímetros más, pero uno tiene lo que tiene". Sólo un grande asume así sus fallos. Y tiene razón. Uno tiene lo que tiene y el Barça ha tenido lo que ha tenido: un auténtico lastre en el deplorable año de Piqué. Lo que ha hecho el Cumbias es estratosférico, como si Messi, el año que viene, se quedara en siete goles.  Mascherano quedará en esta foto, pero el pueblo no debería equivocar al principal culpable de la infamia defensiva que fue el Barça 2011-2012.

Trofeo Barjuan
Mascherano 9,77
Puyol 7,66
Abidal 5’91
Piqué 5’75
Valdés 3’25
Alves 3
Adriano 2,83
Busquets 2,75
Keita 1,25
Fontàs 1
Pinto 1
Villa 0,75
Thiago 0,75
Sergi Roberto 0,5
Iniesta 0,5
Alexis 0,5
Montoya 0,5
Messi 0,33

lunes, 28 de mayo de 2012

Estadísticas: Hiroshima



Si lo que ha conseguido el equipo de Guardiola en estos cuatro años parece irrepetible, qué podemos decir de los registros sobrehumanos de La Bestia Parda. Hubo un año que Ronaldinho sumó 26 goles y 20 asistencias y pensamos que ya lo habíamos visto todo. El pasado año, Messi logró 53 y 24, números que ya merecían ser leídos con gafas de soldador. Pues resulta que tampoco era el tope; admírense con los estragos de la bomba atómica del fútbol.

Las estadísticas nos dejan alguna otra verdad palmaria. Un ex futbolista que decidió jubilarse en diciembre queda segundo en goles y en asistencias, eso habla mal de Alexis, Pedro, Iniesta y Xavi y explica mucho de lo que ha dejado de ganar este equipo. Pero no me calienten que las notas llegan esta misma semana. Les dejo con la obra de Dios hecha fútbol, les dejo con lo que será una comparativa traumática para los cracks del pasado, del presente y del futuro.

Premio Hristo


Messi 73
Alexis 15
Sex 15
Xavi 14
Pedro 13
Villa 9
Iniesta 8
Tello 7
Puyol 5
Cuenca 4
Thiago 4
Keita 4
Adriano 3
Alves 3
Sergi Roberto 2
Piqué 2
Busquets 2
Montoya 1
Maxwell 1
Abidal 1
PP 4

Premio R10
Messi 32 (1PP) (4SP)
Sex 18 (1P)
Alves 15 (1PP)
Xavi 15 (1P)
Cuenca 12 (4P)
Iniesta 11 (1P)
Adriano 9 (1P)
Alexis 6 (1p)
Thiago 5
Keita 4
Villa 3 (1PP)
Abidal 3 (1P)
Pedro 3
Busquets 3 (2P)
Piqué 2
Tello 2 (1P)
Sergi Roberto 1
Montoya 1

sábado, 26 de mayo de 2012

'All downhill from here'




"Look at me, jerking off in the shower... This will be the high point of my day; it's all downhill from here".
American Beauty.


En realidad, ya nos conocemos y ya sabíamos de qué iba el asunto. Estos cuatro años han calado y algunos olvidaron sus invictos gallumbos de la suerte, muchos pasaron el día ignorando que aquello era un cita grande, otros se agolparon en las iglesias para rezar por los pobres niños del Athletic. Aun así, era difícil imaginar la explosión inicial de fútbol del Barça, las tres ocasiones en los primeros 200 segundos, los tres goles antes de alcanzar el primer cuarto del partido.

Un tsunami made in Guardiola destrozó al pobre equipo de Bielsa, que parecía no tener bastantes delanteros, ni bastantes centrocampistas, ni bastantes defensas. Juande, Pellegrini, Mourinho, Ferguson, Caparrós, Lucescu, Pereira, Saballo y Ramalho ya habían visitado esa habitación del pánico. Aficiones de medio mundo ya habían mascado la impotencia infinita de enfrentarse al ballet de los 11 sádicos. Por alguna extraña razón, el fútbol siguió siendo apto para todos los públicos.


Y la masacre se produjo, claro. Fútbol pleno y cruel. El barcelonismo, con un grado de adhesión a sus colores que normalmente sólo tienen los equipos anclados en la mística de la derrota, degustó el 14º título en cuatro años. Lo hizo a cámara lenta, apartando la mente del inevitable silbido final, que había de marcar el fin de una era. Y lo hizo enterrando un poco más la Liga de La Banda, un título que ni el pobre Ramos recuerda ya. Pero a pesar de la demostración, el barcelonismo acabó algo melancólico.

No son sólo tres terribles meses de pura nada los que se avecinan. No es sólo la añoranza de no ver a Messi encarando rivales, a Iniesta flotar, a Xavi pivotar y a Busquets agigantarse. Es la triste certeza de abandonar la cima para saber que jamás, por más años que vivamos, estaremos tan arriba. 

La culerada es desde ayer el pobre Lester Burnham. En su vacío encontrará, al menos, el consuelo de un increíble viaje hacia las 14 copas que anoche, Aaaahhhh, llegó a puerto. 

miércoles, 23 de mayo de 2012

El último vals




Take this waltz, take this waltz  / With its 'I'll never forget you, you know!'
Take this waltz, Leonard Cohen


De repente, el equipo presionaba con desesperación. Xavi e Iniesta bombeaban fútbol para que Messi arrasara con todo. Los laterales parecían extremos y los rivales, torpes policías antidisturbios. En la primera final, masacre del pobre Athletic de Caparrós con un inicio de segunda parte terrorífico. Después, la rutina de arrasar, campeones por aplastamiento, un fútbol artesanal, canteranos por todas partes, un placer sensorial ininterrumpido.

Qué cerca queda aquella temporada 08-09. Qué rápido ha pasado todo y qué fugaz tanta felicidad. Qué nítida aquella primera final, una memorable pitada, las insólitas butifarres de Touré, Bojan humillando a Eto'o, la gula de Messi, el primer éxito de la era Guardiola. Quedan sólo 90 minutos para cerrar el capítulo más glorioso de un club que tiene 112 años; qué horrendo sería acabar con derrota. Otra vez el Athletic enfrente, la camiseta rayada más famosa de la Liga. Con una generación única que aspira a campeonar un cuarto de siglo después y que desea esta Copa mucho más que el Barça, un club a dieta hiperproteica donde las excavadoras del nuñismo ya trabajan a destajo.

Quedan aún 90 minutos de fútbol. Y aunque Hollywood siempre fue una mierda, el relato de este equipo no entendería otra cosa que un happy ending. Guardiola, el recogepelotas con alma de presidente, el aprendiz de Cruyff, necesita un título más para decir adiós con 14 y redondear, también en su palmarés, el homenaje al Hacedor. Queda un último vals diabólico. Sólo durará 90 putos minutos.

lunes, 21 de mayo de 2012

La necesaria estupidez de Gianni



Va Gianni y se arrebata y suelta que cree que es mejor que Messi y hasta los jugadores de rugby se escandalizan en la otra punta del mundo. El debate está en las calles: ¿boutade o locura transitoria?¿Estrategia para lograr el Balón de Oro, tourette avanzado o simple provocación?

Con lo que conocemos al pobre Gianni, en este foro estamos convencidos de que se trata de otra cosa. Arrigo Sacchi, uno de los grandes de este deporte, nunca llegó a la elite como futbolista pero sabía que es muy distinto jugar a fútbol que saber de fútbol,  conocía a muchos jugadores eran perfectos ignorantes en la materia: "Para ser jinete no hace falta haber sido caballo", decía, sin malicia - que se sepa- hacia el bípedo portugués que se ve superior a Messi.

Permítanme que citemos también a Golobart: "Los grandes campeones siempre han poseído ese punto de exceso de autoestima que los sitúa en cierta manera por encima de los demás". En este caso particular, la cuestión tiene su enjundia y es más exacta si cabe. ¿Trataría un Ronaldo que estuviera en su sano juicio de chutar desde 35 metros? ¿Se le pasaría por la cabeza acabar la temporada con más de 40 goles dos años seguidos? ¿Se empeñaría en superar a un futbolista que no compite por ser el mejor del año, sino por ser el mejor de siempre? En conclusión, si Gianni es tan bueno, precisamente es por su dificultad para discernir entre realidad y deseo.

En fin, que le comprendemos y que ojalá lo suyo desgrave, pero que no pretenda que la gente de bien entre en el debate: al humano medio no le beneficia en nada exhibir su propia estupidez.

viernes, 18 de mayo de 2012

Modelos



"No lleva pendientes, no se pinta el pelo, juega 20 minutos y no se queja"
Guardiola, en 2009, sobre Iniesta

Por fortuna para este deporte absurdo, los malandros, los vividores, los fornicadores, los juerguistas y los cínicos han poblado desde siempre los vestuarios. En este Barça legendario también ha habido personajes de esta calaña, pero o bien estaban obsesionados con ganar, o bien tenían un rol secundario. La habilidad como motivador de Guardiola permitió alargar durante tres años y medio este estado de permanente rapiña y la línea la marcaban los estajanovistas Puyol, Valdés, Iniesta, Xavi, Messi y Busquets. Ellos eran el espejo de los jóvenes, que sabían lo vergonzante y autodestructivo que podía resultar hacer el cafre en un vestuario de héroes tan serios como éstos.

Pero últimamente en los charcos del vestuario se han reproducido a gran velocidad humedades, hongos y  manitas faloides. Por primera vez en años, existen iconos dudosos. Los moc-mocs, esos simpáticos muchachos que traicionaron al club como juveniles y volvieron costando un dineral, han ganado peso y amparo mediático. Convertidos en un ente bicéfalo tienen una mayor capacidad maléfica. Y en ellos pueden fijarse toda una generación que da miedito. Thiago, artista pisador, brasileño de Vigo que habla en perfecto pijés de Sant Gervasi, no parece transitar el camindo de santidad de Iniesta. Nuestros estupendos extremos poligoneros, vaya usted a saber a qué se dedican; por debajo vienen Rafinha y el Chupacabras, que Dios nos ampare a todos. Y a saber cuántos con cara de bons nens esperan sólo a firmar ese contrato soñado para despeñarse por la molicie.

Señor Zubizarreta: hay fotos que destruyen años y años de comida de cabeza con los valores, la humildad, el trabajo y el sursum corda. Hay fotos que pueden decantar el punto de cocción de un crack efervescente. Hay fotos que sí son un cambio de ciclo. Y no hay mejor cortafuegos que una buena venta en junio. Zubi, boma yé.

martes, 15 de mayo de 2012

Nuñismo para adolescentes (II): El pecado original



Fue la noche que este club cainita decidió su última escisión. La noche en que quedó sellado quiénes serían los excónyuges que se pasarían un cuarto de siglo tirándose los trastos a la cabeza. El propio Cruyff lo ha explicado. Ocurrió durante su primer año como entrenador del Barça, temporada 1988-89. Núñez, abrasado por el horror de Sevilla y el motín del Hesperia, apostó por el llamativo paraguas del holandés pero no renunciaba a ejercer un poder omnímodo en el club. Y para controlar a aquel posthippie que hablaba raro, pactó celebrar una cumbre semanal para analizar la situación deportiva del equipo. Asistían Núñez y Cruyff y dos personajes que han acabado como estandartes del nuñismo: Gaspart y Rexach.

Desde muy pronto se vio que el equipo, al que no habían llegado aún ni Stoichkov, ni Koeman, ni Laudrup, no tiraba. Una hermosa noche de otoño, Núñez y Gaspart se animaron a objetar una decisión del técnico, a hacerle una recomendación. La respuesta que recibieron del Profeta fue fulminante:
-Vosotros dos no tenéis ni puta idea.

Con aquella sentencia exacta se creó la insalvable brecha entre nuñistas y cruyffistas, entre tribuneros y futboleros, que pervive aún hoy. El nuñismo de entonces, como el sandronuñismo de hoy, era de naturaleza medieval, tendía a separar entre elegidos y plebe. Tenían muy claro quiénes eran ellos: ¿Acaso no fumaban enormes puros en la tribuna? ¿Acaso no eran millonarios de ilustres familias? ¿Acaso no eran responsables de dos Recopas e incluso, alucinen, de la Liga 1984-85? Ergo, les pertenecía el club, es más, ¡ellos eran el club! Y por esa razón ni Núñez ni Gaspart asumieron jamás que aquel holandés insolente les arrojara del paraíso con una bofetada fulminante.

Pero Cruyff sobrevivió. Lo hizo gracias a una Recopa milagrosa en que marcaron Salinas y López Rekarte. Sobrevivió gracias a la Copa que ganó un año después. Y entonces ya nadie pudo bajarle del monumento al fútbol que levantó. Logró cuatro Ligas, la primera Copa de Europa. Y el reconocimiento que tenía entre el barcelonismo y también internacionalmente era infinitamente superior al de Núñez, un constructor que sobornaba a inspectores de Hacienda. Durante el reinado de Cruyff, la vanidad del presidente hubo de conformarse con poner trabanquetas desde tribunas mediáticas  y con rezar por el día en que los resultados no acompañaran, situación idéntica a la que se ha dado esta temporada y que revivimos ahora que el sandronuñismo vuelve a condicionar decisiones que Guardiola tenía tomadas.

Si algún día olvidan ustedes a qué viene tanta inquina del nuñismo hacia los que entienden el fútbol, no olviden ese glorioso "Vosotros dos no tenéis ni puta idea". Cruyff les comunicó que el Barça no era el Círculo Ecuestre; les dijo que el fútbol, para los futboleros.

viernes, 11 de mayo de 2012

La yegua



¡Respiren, amigos, y llénense los pulmones con el genuino aroma torrefacto del humo estival! Tras varios amagos a base de fórmulas vacías y adorables como "suena", "es el elegido", "gusta" o "forzará para venir", el primer piscinazo del año llega en Marca, donde ven a Gareth Bale fichado por 40 millones de euros.

Hay varias razones para desconfiar de ese fichaje más allá del montante de una operación digna del Tito Flo. Tal vez somos gente antigua, pero habría que recordar que Bale juega de lateral zurdo, la posición que Barjuan arrastró por los fangos. Tácticamente no es jugador pulido, y es conocido que en el encaje de bolillos que es el actual equipo, eso resulta clave. Cabría recordar también que el último británico que triunfó fuera de su país en un estadio de fútbol debió ser éste. Honestamente, todo apunta a que este supuesto fichaje no es sino una forma obvia de ablandar al Valencia para que libere a Jordi Alba por un módico precio.

Dicho todo eso: este galés de 22 años es una debilidad de este agujero. Saltó a la fama la temporada pasada después de meter tres goles idénticos en un solo partido en San Siro. Ese mismo año, silenció el Averno con un par de cabalgadas asombrosas contra La Banda, es posible que no se haya visto jamás arrancar a nadie con tanta potencia en ese escenario: aquello no era un futbolista, era la mejor yegua del Grand National. Bale no evoca al virguero brasileño, ni a la astucia del fútbol callejero, ni a los cerebritos de La Masia. Cuando este galés arranca, se detiene el tiempo y es inevitable pensar en las playas inglesas al son de Carros de Fuego. Y cuando para porque ya ha alcanzado la línea de fondo sólo le falta piafar. Un último punto a favor: viene del Tottenham, oigan, no del maldito Arsenal de los Pelayo, sino del club que un día, hace muchos años, nos envió al gran Gary Lineker.

Es cierto que en el Camp Nou difícilmente podría demostrar que es un gran especialista en las faltas, pero con su velocidad sí podría ejercer de Abidal como corrector de una defensa que este año ha estado indigna y paquidérmica. Si finalmente se incorpora, es obvio que Alves será vendido y que la banda izquierda pasará a ser la más ofensiva mientras que Montoya, en la derecha, se dedicaría a guardar la ropa.

Ojalá le podamos disfrutar algún día. Sólo por sus sprints merece la pena ver fútbol: esta yegua nos recuerda que a esto se juega corriendo y es hora de que el vestuario se acuerde de ello.

martes, 8 de mayo de 2012

El maestro y el esteta



Valdano compartió un año de locura con los Delincuentes del Tito Flo y a duras penas se lo perdonamos. Ya casi no escribe, no tenemos idea de qué hace, su condición de antorcha de este rincón oscuro ya clamaba al cielo. Afortunadamente, Enric González le ha entrevistado para Jot Down. Tremendo placer, aquí tienen la charla completa. Pero si no disponen de seis horas y media, aquí algunas perlas para recordarnos que el esteta sigue siendo un grande, y que jamás podremos pagar nuestra deuda con el maestro.

"El fútbol es un territorio de hombres".
"En la sociedad actual no hay más héroes que los deportistas".
"El gestor es siempre un intruso en el fútbol, porque intenta poner racionalidad en un mundo donde no la hay".
"La obsesión sólo deja lugar en la mente para los prejuicios y todo lo que termina por enfermar".
"[Guardiola y Bielsa] tienen algo en común, y es que a través del fútbol buscan la grandeza. Eso me parece muy meritorio, porque es un medio tan presionante que te vuelve mezquino".
"No resulta nada fácil ser Maradona. Hace poco estaba en Bariloche, Argentina, y me encontré con una bandera donde estaban el Che Guevara, Evita, Gardel y Maradona. Claro, si uno está muerto sale indemne de todo eso, pero ser un mito viviente es incomodísimo".
"[Kempes, después de ganar la final del Mundial de 1978] era el mejor jugador del mundo, y al día siguiente estuvo ilocalizable porque se fue a su pueblo a cazar perdices por el placer de caminar por el campo y estar solo".
"La felicidad tiene un límite y ese es un episodio que supera ese límite". En referencia a su gol en la final de 1986 contra Alemania.
"Para sobrevivir, el periodista tiene que convertirse en célebre o, por lo menos, en visible. Y para ser visible, como me dijo un periodista de televisión hace poco, o se está buena o se dicen burradas".
"Para disfrutar del fútbol en toda su plenitud hay que querer a un equipo y hay que odiar un poco a otro. Eso a veces se lleva demasiado lejos y termina creando un clima pre-violento que debiéramos cuidar porque nunca sabemos dónde está la raya roja".
"No es que considere que el fútbol puede cambiar al mundo, pero sí puede ser un instrumento para ayudar a cambiar al hombre".
"Generalmente, el crack es un tipo muy inteligente y lo disimula porque no quiere proyección mediática. Son gente que tienen la intuición, que es la velocidad punta de la inteligencia, y la tienen muy afilada para descubrir quién es bueno, quién es malo, quién se acerca para utilizarlo, quién para ayudarlo… Ese tipo de lectura la hace casi instantáneamente".

lunes, 7 de mayo de 2012

La 'messianización' de los récords



Hace un año, una fiera presumida llamada Gianni batía un récord antológico logrando 41 goles en una sola Liga. Había superado a Zarra (1951) y Hugo Sánchez (1990). Su plusmarca goleadora estaba llamada a permanecer durante mucho tiempo. Sólo un año después se ha visto minimizada por una fuerza sobrehumana que humilla a todo el que se propone desafiarla.

Messi, el hombre que un día dará nombre a nuestro estadio, lleva ya 50 goles en esta competición: ha pulverizado el registro anterior mejorándolo un 22%. El dato es de auténtico extraterrestre. Llevada a otros deportes, esto es lo que ha conseguido La Bestia Parda: el récord de los 100 metros de Usain Bolt (2008), ese 9,69, pasaría a ser de 7,55. La salvajada de Michael Johnson en los 400 (1999), de 43,18, quedaría en 33,68 segundos. Si La Bestia Parda corriera un maratón, Haile Gebbreselassie vería cómo sus 2h 04,26 de 2007 se convierten por arte de magia en 1h 36,92 Si el 10 azulgrana hiciera salto de altura, elevaría los 2,45 de Javier Sotomayor (1993) hasta los 2,81, y si se atreviese con la pértiga, el anciano récord de Bubka, esos 6,14 de 1994, serían superados por un irreal 7,49. El récord de salto de longitud de Mike Powell de 1991 (8,95), pasaría a ser de 10,91 después de ser messianizado. Etcétera: la vuelta al mundo en barco sin escalas la haría en menos de 36 días, si se metiera a hacer apnea con aletas, se zambulliría hasta los 323 metros de profundidad o ascendería al Everest desde el campamento base en menos de 10 horas.

Más allá de los números, Messi ha conseguido que pensemos que con él no hay nada imposible. Absolutamente nada. Superar a Pelé, a Muller, a César, todo en unos pocos meses. En todas las competiciones suma 72 goles, y uno piensa en Romário y comprende que estamos viviendo algo insólito, sobrecogedor, que probablemente arrancará a nuestros nietos cuando se lo contemos caras de "usted, abuelo, abusó del MDMA".

Lo peor de todo esto es que aún queda una jornada. Non sum dignus.

jueves, 3 de mayo de 2012

Honores al ejército del mal




-¡No violamos como los buenos soldados! Somos caballeros tristes, suaves, de mirada perruna, lo suficientemente bien integrados para controlar nuestros impulsos.  
Lolita, Vladimir Nabokov


Butifarra sobre el césped. Provocaciones a la grada. Aullidos en el avión. Chulería en el aeropuerto. Desprecios al rival en los medios amigos. Suerte que nosotros ganamos 13 y ellos dos. Qué estampa la de La Banda en la victoria incontestable. Esa legión de mercenarios apenas lograban alterar sus rictus marciales para sonreír sin pensar en los derrotados. Son Conan en la rue Saint Honoré. Boromir en Via Durini. Alien en la Quinta Avenida.

Como dice nuestro buen Torpedo, este equipo estaba forjado a imagen y semejanza de Esparta. Lucha, competitividad, nulo sentido estético, pragmatismo, litros de sudor. El mérito radica en eso, en que ese vestuario ha sido capaz de afrontar toda una temporada, día tras día, sabiendo que iban a convertirse en el equipo más odiado de todos los campos de España (todos no, ya saben) en muchas décadas. Y aún así, ganar, ganar y volver a ganar.

El madridismo lo celebra con la desesperación de quien lleva años sufriendo las siete plagas, pero sin atisbo de adhesión. En esta Banda camorrista sólo creen los Ultras Sur, los lerdos que corean el nombre de un entrenador que con su cobardía les ha echado de una competición tras otra. El barcelonismo conoce de sobras esos aspavientos sobreactuados, los hizo en el pasado cuando ganó un par de ligas con Van Gaal como piloto de la nave en una época gris.

Amigos, ciertamente es horrendo verles celebrar, pero es hermoso diferenciarnos en la derrota y en la victoria. Y alegren esas caras: no son ustedes la señora de Pepe, que Dios la ampare.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Y los nominados eran:





Guardiola preveía hasta ocho salidas, muchísimas en una plantilla de 20 jugadores, aunque no todas ellas se debían a cuestiones de actitud. Vilanova ya sabe que Rosell ha vetado algún adiós, con lo que el foc nou puede quedar desvirtuado y su autoridad, también. Si el verano es tranquilo en el capítulo de bajas, échense a temblar.


Piqué. Fundamental en el esquema táctico otros años, su disposición para el trabajo ha caído una vez que lo ha ganado todo varias veces. Su actitud dentro del vestuario ha desesperado incluso a los capitanes del equipo. Los técnicos habían decidido que tenía que salir, pero hay voces que señalan que Rosell impone su continuidad.

Alves. Los números señalan que ha hecho una notable temporada pero a Guardiola no se le engaña con el ábaco. Ha vivido un año convulso en lo personal y después de 21 títulos como profesional su ambición ha caído. La fiabilidad que ofrece Montoya y la existencia de cierto jeque en Manchester le llevaban a estar en todas las quinielas para marcharse del club.

Villa. Zubizarreta entiende que es uno de los futbolistas por los que puede sacar más dinero (sí, amigos, la locura impera). Un entorno personal que no asume su suplencia y la eclosión de Cuenca y Tello parecían abrirle las puertas del club. Pero si quiere seguir, tiene la suerte de que no se ha quemado en la semana negra y de que otro delantero de peso parece haber hecho más méritos para marcharse.

Pedro. En otro tiempo quintaesencia del guardiolismo sacrificado, el milagrero canario se ha despendolado y en el club señalan que su vida lejos del campo es poco profesional. Eso se ha traducido en diversas lesiones musculares, que en un jugador de chispa e inspiración, son letales. Si llegase una buena oferta, este jugador de 24 años podría irse.

Keita. Dicen que el Milan le quiere. Tal vez cobre más ahí, pero sigue siendo una pésima noticia que Keita prefiera un vestuario con Cassano, Cabralocavic, Robinho o Kevin-Prince al del Barça.

Adriano. Sus continuas lesiones le han lastrado y el Bayern de Munich podría ser su destino. Si dice adiós, el equipo se quedaría sin laterales zurdos, ya que a Abidal no se le espera.

Afellay. Es una incógnita qué ocurrirá con él tras su lesión, pero el club no pondría trabas a que se vaya si llega una buena oferta.

martes, 1 de mayo de 2012

La revolución que no será



A estas alturas ya estarán convencidos de que no fue la suerte lo que hundió al Barça en la semana más trascendental de la temporada. Fueron intangibles que no tienen que ver con el azar y sí con la actitud, la dinámica interna del vestuario, el hambre, la profesionalidad, que se vieron lastrados por demasiados años de triunfos.

Para conservar esos intangibles, el producto de artesanía que ha sido este Barça en los últimos años ha contado con un arma infalible: la lista de bajas de cada verano. Guardiola se esmeró en no equivocarse a la hora de podar las malas hierbas, que no solían caer por deméritos futbolísticos, sino por problemas de actitud. En los fichajes, el club podía permitirse errores -y a fe que se equivocó, como reconoce Guardiola en su entorno, con más nombres de los que podemos imaginar- pero en las bajas nunca hubo dudas. Para tomar esas decisiones Guardiola contó con el apoyo implícito y en ocasiones hasta con la iniciativa de los capitanes -Puyol, Xavi, Valdés, Iniesta-. Además, tenía una fuerza absoluta en el seno del club.

La situación ha cambiado drásticamente: Tito Vilanova, que comparte análisis con quien es aún su jefe, no tiene su ascendencia sobre Rosell. Y además se encuentra, por vez primera, con que alguno de los cuatro capitanes discrepa en los nombres que el técnico no quería ver en la foto del próximo Gamper. Este cambio de escenario llega en mal momento, puesto que Guardiola y Vilanova habían concluido que el grupo necesita una reforma a fondo.

No hablamos de una masacre como la de Cruyff al llegar al club, porque ahora existe un núcleo duro de intocables que seguirá mandando en el vestuario y sobre el césped: Valdés, Puyol, Busquets, Xavi, Iniesta y Messi. Pero Guardiola sí ultimaba una pequeña revolución, con nombres de impacto en su lista negra. Para llevarla a cabo había un argumento de peso: por primera vez en cuatro años, el Barça no ha ganado ni Liga ni Champions. En el caso de la competición doméstica eso ha sido así por una evidente cuestión de motivación, aspecto que sólo se cura con el hambre que dan los fracasos y con el foc nou de nuevos fichajes. También jugará a favor de esta limpieza a fondo el hecho de que Zubizarreta se muere de ganas de trabajar -y a fe que no comparto el entusiasmo desatado en el barcelonismo sobre su figura- después de dos temporadas de hacer básicamente de recadero de Guardiola. En una próxima entrega daremos algunos nombres, pero hasta siete de los 14 futbolistas que ganaron la final de la Champions de 2011 tenían números de decir adiós.

Ése era el plan de Guardiola. Pero ocurre que hay otra persona en el club que se muere de ganas de estrenar cargo: Sandro Rosell, presidente.