miércoles, 30 de septiembre de 2009

Puro fútbol

¡Esto era el fútbol! No las palizas sumarias a equipos raquíticos y temerosos como el Atleti o el Racing. No las victorias rutinarias con la calculadora de Pep administrando los cambios y los tiempos de cada gol. Qué gran Dinamo. Shevchenko parecía joven, sus compañeros salían a la contra rabiosamente y con un cuchillo entre los dientes. Un homenaje a Blokhin, Yashin y a todo el exotismo del fútbol que vino del frío.
En toda la pasada Champions, sólo el Shaktar con ese coloso llamado Brandao le exigió tanto al Barça en el cuerpo a cuerpo. Y por supuesto, el Chelsea de la noche del alarido. Qué buena la Copa de Europa, en que Puyol se quita de encima cinco años, Keita parece rápido e Iniesta vuelve al eslalom. Qué animalada ver a Ibrahimovic sentar rivales por el camino, verle por fin veloz, con el físico afilado. El Dinamo estuvo tan bien que frustró a Messi, mantuvo la intranquilidad en el Estadi hasta con el 2-0.
Basta de farsa en la Liga, basta de reverencias al Barça. Por bueno que sea, el fútbol se inventó como simulacro bélico en que dos equipos se atacan, no como un mal plagio de sitio de Numancia en que unos cargan y cargan y los otros sólo esconden a las mujeres y los niños. El Dinamo dio anoche una lección: sin miedo en ambas áreas, el fútbol no es puro.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Weligton y el hecho del fútbol

El pasado lunes se celebró la primera jornada del juicio a los temibles futbolistas del Bada Bing, responsables de diversas fechorías en la Tercera Regional ( http://lacavernaazulgrana.blogspot.com/search?q=pena+negra). Por supuesto, esta Caverna asistió al juzgado para ver la cara de tan juiciosos deportistas.
Israel M. G. era uno de los principales acusados. Se enfrenta a una pena de seis años y cinco meses de prisión y compareció esposado, dado que ya está en la cárcel de forma preventiva. Con las manos a la espalda, respondió a las preguntas que le formularon. El fiscal le recordó que la víctima de la agresión había pedido el cambio suplicando a su entrenador lo siguiente: "Sácame porque me van a matar a mí y a mi hermano". Israel no se inmutó. Admitió que fue "un partido muy duro" y se definió como "un jugador duro en el campo", pero insistió en que aquello era "simplemente un partido de fútbol".
Según la acusación, fue algo más que eso: en cuanto vio que su presa pedía el cambio, hizo una salvaje entrada que le valió la tarjeta roja que necesitaba para abordar a la víctima en el túnel de vestuarios. Según el fiscal, Israel M. G. y dos compañeros más fueron los responsables de las lesiones que sufrió el dorsal número cinco de Rosario Central: "Policontusiones, traumatismo craneal, heridas inciso contusas en el cuero cabelludo, edema subgaleal, contusiones braquiales y torácicas y arrancamiento parcial del pabellón auricular". Además, hubo otros siete heridos.
Cuando su decaración estaba a punto de finalizar, Israel M. dijo lo siguiente: "Es el hecho del fútbol: las patadas". Ayer, viendo la saña de Weligton en su marcaje sobre Messi, otro rosarino, me acordé de sus palabras. El hecho del fútbol. Las patadas. A pesar de los árbitros, incluso a pesar de la justicia ordinaria, este deporte nuestro no es ninguna broma.
El hecho del fútbol.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

El 'crack' fundador

El más grande en 110 años de historia. El hombre que hizo inevitable la construcción del Camp Nou y que el Barça tuviera un estadio del tamaño de sus sueños. El crack que escondía tan bien el balón que aún hoy nos parece normal que un delantero azulgrana reciba dentro del área entre cinco tíos y aguante la posesión antes de dar una asistencia de tacón. El delantero devastador que consiguió que ya no nos sorprenda que tengamos jugadores que marcan cuando les da la gana y pueden salir aplaudidos de cualquier estadio. Todo eso es Kubala, a quien hoy se le dedica una estatua en el Estadi.
Esta Caverna tiene la suerte de tener lectores que le vieron jugar en directo. "Recuerdo que en Sarrià te podías sentar en el córner, a pie de césped, apoyado en una pared de cemento. Desde ahí, alargabas la mano y tocabas a los jugadores, oías su respiración, sus gritos en las faltas", me cuenta este culé ilustre, a quien aún se le nota la emoción de aquel día.
Eran otros tiempos: la presentación del equipo se hacía el día de Navidad en matinales contra equipos formados por las tripulaciones de barcos ingleses que hubiera atracados en el puerto. Un tiempo en que no era raro ver al gran Laszi tendido en el segundo tiempo a causa de las rampas, o andando los últimos minutos: la preparación física no existía entonces y no había sustituciones.
"Recuerdo esos cuixots que tenía, era muy ancho de cadera, si hubiera querido, habría sido capaz de no perder la pelota en los 90 minutos. Fue comparable a Di Stéfano, pero tenía menos inteligencia sobre el césped", me explican. A Kubala se le recuerdan también sus malabarismos, su disparo tremendo. "Fue quien tiró del club hacia arriba; el Barça se hizo grande en tiempos de él".
Un jugador de leyenda, puede que el primer gran ídolo de masas barcelonistas, tan bueno y con unos ojos tan azules que se le perdonó que se fuera al Espanyol. Amó tanto al Barça que nadie le importó mirar a otro lado cuando se hablaba de los excesos del gran Kubala, de sus noches golfas junto a otros compañeros de delantera en locales que ya no existen. Fue tan asombrosamente bueno, que nadie creyó una palabra cuando se habló de un atropello mortal en a Diagonal a altas horas en que el conductor era él, el gran dorsal número ocho.
Uno no puede imaginar un homenaje más grande que el de tener una estatua en el gran templo del fútbol. La suya es bien merecida: cuando la admire, el barcelonismo debería recordar a aquellos barcelonistas que aprendieron a creer que toda era posible con él, a los niños que lloraban si le expulsaban tras una tángana en el campo del Espanyol, a los que recuerdan que el Barça no fue siempre tan grande y universal. Habría que recordar a los que medio siglo después guardan aún en su casa una fotografía dedicada, recuerdo del primer crack.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Pecado capital

"Perdónanos, Pep, porque no sabemos lo que hacemos". Algo así debería murmurar el buen barcelonista cada vez que se pierde un partido. Cada vez que trabaja a la misma hora en que juega el Barça. De hecho, hay soluciones: flexibilidad laboral, compensación de horas de trabajo perdidas, abandono de aquellos empleos que impidan seguir el segundo año de esta maravilla de la técnica. Lo que sea por los brotes verdes del Camp Nou.
...No consentirás pensamientos ni deseos impuros, no codiciarás los bienes ajenos y no te perderás ni un minuto de este equipo. El undécimo mandamiento es de cumplimiento obigatorio en la dorada era en que Messi sigue enamorado del balón y convierte cada acción en un desafío. Pero el barcelonista, frívolo e ingrato por naturaleza, se mete en un local cerrado sin televisión a la hora del partido.
Habrá que recordar que el primer pecado capital es, en efecto la lujuria: ese exceso carnal que hace a uno olvidarse de que nada es tan precioso como este prodigio futbolístico que, como todos, es caduco. El pecado es mayor ahora, cuando este equipo echa a andar y aún vacila y se equivoca. Cuando se estrena un nueve que no busca balones al espacio, cuando Henry debe demostrar que sigue siendo un digno titular de este equipo de leyenda, cuando está por descubrirse a este prodigio de la fealdad, a este Chigrinski, cuyos antepasados se cruzaron sin lugar a dudas con el último Austria, allá por el siglo XVII (http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Juan_de_Miranda_Carreno_002.jpg). Cuando está por ver si este Barça sigue hambriento.
Aún así, hay gente que se casa en sábado, con lo hermosos que lucen los trajes en jueves. Perdónanos, Pep.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

¿Enemigos?

En el estadio de las torres de doce vueltas, en la ciudad de las palomas robustas y los helados artesanos, en el club maldito que no gana en Europa desde hace casi medio siglo, cuesta mucho encontrar un enemigo. 
Contra esa gente acostumbrada a la derrota y la humillación, esa afición que se ha quedado sola recordando su pasado frente a la soberbia del Milan de Berlusconi y la solidez de la Juve de los Agnelli, cuesta inventar venganzas. 
Contra esa ONG que se llevó el rencor infinito del mejor delantero que hemos tenido en el siglo XXI a cambio de Ibrahimovic, y encima aspira a llegar a la cima con Motta, poco odio se puede sentir. 
Es el popolo nerazurro, el que aún se seca las lágrimas por Ronaldo, el más sentimental del país que más respeta el fútbol en toda Europa. Si no fuera por la fea costumbre que ha adquirido el Barça de ganar, el Inter sería como un hermano gemelo. Se ha quedado en un primo mayor, melancólico y cenizo. Pero sigue lejos de ser un enemigo.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Una lección de sinceridad

De pronto, sabes que en algún momento vas a morir, y en las resacas y los bajones se percibe en qué medida las drogas contribuyen a ese proceso; agotando los recursos espirituales, mentales y físicos, alimentando la apatía con la misma frecuencia que alimentan la emoción. 
Irvine Welsh (Trainspotting, Porno)  
¡Por fin puro y simple once contra once! Y la cosa empieza fuerte: en la jornada dos ya se ha visto que la Liga puede dar muchas sorpresas, pero que ésas no llegarán de Barça ni Madrid. Comencemos, igual que todos los telediarios de este país, por La Banda, que ha ganado a Deportivo y Espanyol en casa y fuera, como ya hicieron el pasado año. En esos partidos logró un average de +3, mientras que este año acumula un +4: la abismal diferencia hace buena la locura transitoria de Floren. 
Su propuesta sigue siendo la de Capello, aunque como novedad, este año tiene a dos futbolistas que saben jugar a primer toque (Benzema y Xabi) y el pasado año no tenía a ninguno. A pesar de su legión de cracks, en dos jornadas ya ha quedado claro que el Bernabéu seguirá mirando al Camp Nou igual que miraban los españolitos a las turistas suecas en los años 60. El reto de los blancos sería acercarse al Barça, lo que pasa por superar los 78 puntos que sumaron entre Schuster y Juande la pasada temporada, cosa que parece muy difícil. 
Pero por supuesto, que La Banda rebase al Barça parece ciencia ficción si no media una plaga de lesiones en los azulgrana, que si bien son el mejor equipo de Europa, no tiene una plantilla para presumir de medio campo para adelante. Puede que por eso Guardiola haya fichado al único ariete del mundo que puede garantizar muchos goles a la vez que genera juego. Ibrahimovic supera a Eto'o en disparo lejano y juego aéreo, y lo deja a años luz en visión de juego. Sin embargo, Ibra no es tan oportunista ni tan rápido. ¿Qué será más necesario para el Barça en los partidos que se pongan cuesta arriba? Guardiola ha concluido que lo primero, de lo contrario, en el pentacampeón habría hoy un nueve asturiano.
En fin, el Barça sigue siendo lo nunca visto. Y el Madrid, la res de siempre, traída al mundo para alimentar la apatía y la emoción. Gracias al fútbol por tanta y tan pronta sinceridad.

martes, 8 de septiembre de 2009

Antorchas contra el viento

El célebre doctor Solé (?) aseguró en cierta ocasión que la frase "Cariño, tenemos que hablar" fue lo último que se escuchó en la sala de control de la central de Chernobil antes del Apocalipsis. Así que agárrense a sus sillas, porque tenemos que hablar antes de que termine este idilio: esta Caverna aspira a explicar el fútbol de una forma determinada y por eso tiene entre sus referentes a gente como Valdano, Cruyff, Golobart, Enric González, Villoro o Segurola. Todos distintos, pero todos referentes por cómo hablan de este juego. Por eso quedan distinguidos como antorchas, aunque de vez en cuando lleven la vergüenza a este foro.
Con Cruyff y sus business, la verdad, no hay conflicto. Como faro no tiene precio, y es posiblemente el que más sabe de fútbol de todos, es prácticamente infalible. Si a eso se suma que a duras penas sabe hablar, se comprenderá que la forma de sus artículos es lo de menos. Otro tanto ocurre con Golobart: no falla nunca, y parece la clase de persona que aunque fuera presidente del Espanyol seguiría siendo sensata y aguda en sus comentarios.
Por Enric González y Juan Villoro sólo podemos sentir agradecimiento: cuando hablan de fútbol, lo elevan. Cierto que el primero es perico y del Chelsea, y que el segundo escribe de fútbol menos de lo que debiera. Pero son el ejemplo viviente de que el fútbol no es coto privado de iletrados y campistas.
Pero ¡ay, Valdano! En su nuevo cargo como mamporrero (http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=mamporrero) del régimen de Super Floren, ha protagonizado declaraciones lamentables contra el Barça. Su pecado es triple: tener un cargo clave en un proyecto que causaría rechazo en cualquier filósofo del deporte de su talla, dar munición contra el Barça a las yihads capitalinas y haber dejado los teclados. Asumámoslo: ahora es el brazo armado del Madrí y tardará en volver a comportarse como un ilustrado.
Y sobre Segurola, hay poco que decir. Sencillamente, en el pasado alcanzó cotas de excelencia en sus artículos que ahora le quedan lejos. Queremos pensar que es una mala temporada y que este grande del periodismo volverá por sus fueros. Sin embargo, su fichaje por Marca no ha sentado bien a sus musas. Aquí le esperamos. 
Y a las antorchas que se mantienen, a las que tiemblan y casi se apagan, añadimos esta temporada una nueva: John Carlin, una referencia llegada de las Islas Británicas que en los 90 se enamoró de Barcelona y que abandonó su antigua fe (el United) por el placer estético de ser del Barça. Aquí va uno de sus últimos artículos: http://www.elpais.com/articulo/portada/Peter/Pan/olimpo/futbol/elpepusoceps/20090524elpepspor_7/Tes.
Que nos ilumine a todos.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Una pelota en el desierto

Como bien dice Raúl, esta Caverna ha quedado bastante abandonada durante quince días a causa de un viaje Jordania. Afortunadamente para él, en esa zona extraordinaria también se vive el fútbol y no está demás hablar de ello ahora que esa conspiración llamada fase de clasificación para el Mundial ha vuelto a dejarnos huérfanos de fútbol.
En ese lugar convulso y único no ha nacido aún ningún Zidane y su tradición futbolera es escasa. La superpotencia futbolística de la región es Israel, en el número 25 del ranking Fifa. Jordania jamás ha tenido ningún equipo legendario y es la 122. Pero a falta de calidad, sobra pasión. Primera sorpresa: los musulmanes de Oriente Medio son tan del Barça como los botiguers de Les Corts. La cosa tiene un mérito extraordinario teniendo en cuenta que nuestro escudo presenta una cruz de San Jorge clamorosa, y en esas tierras ese emblema es sinónimo de cruzados sangrientos.
Uno de los más recordados es aún Raynald of Châtillon, un psicópata del crucifijo que ha pasado a la historia por las torturas que realizaba en su castillo de Karak (foto). La fortaleza es el mayor atractivo de esta pequeña localidad y a sus pies se juega cada día a fútbol. Los partidos comienzan por la tarde y acaban pasada la media noche, cuando un vecino enloquecido aparece en pijama amenazando a los jugadores.
Obviamente, me uní a la pachanga y comprobé que la asombrosa hospitalidad de esta gente llega al fútbol: mis compañeros de equipo me daban cada balón bueno que podían para aplaudir entusiasmados los aciertos. Dos palmadas en la espalda y un respetuoso silencio seguían a los errores. ¿Y cómo juegan? Con regates y fantasía, con entradas duras pero bienintencionadas, con litros de sudor y mucha alegría. Bien haría Txiki en pasarse por la plaza de Karak, donde las cruces del escudo del Barça están tachadas pero se juega como si Cruyff diera órdenes desde la banda.
¿Han cantado Banda? Sí, el Madrí también tiene muchos seguidores en la región. Zidane hizo mucho por ello, pero un cocinero fue quien mejor me explicó por qué los blancos generan tanta simpatía: "Alá Madrid!", exclamó, mirando al cielo. La Premier y el calcio, por cierto, no existen en la región. Será que tienen buen gusto.
Otro lugar donde no esperaba toparme con la grandeza del fútbol fue en pleno desierto de Wadi Rum, donde nos acogieron cuatro hermanos menores de edad. El que tenía siete años ha oído hablar de Ronaldinho, saluda como él y juega descalzo por las arenas infinitas que rodean su haima. Con su inocencia de saltimbanqui me hizo recordar que el 77% de los culés viven fuera de España. Si alguna vez visitan esas soledades, le reconocerán fácil: se llama Mohammed y le dejé ensayando cómo aguantar el balón en la nuca. Todavía no sabía hacerlo pero sonreía igualito que el crack.