lunes, 28 de marzo de 2011

Fumata por Sandro XIV

Les escribe hoy el indignado socio 80.970. El presidente de esta cueva de Ali Babá llamada Barça ha lanzado una campaña para erradicar el tabaco del Camp Nou. Pero muy en su línea, no prohíbe nada, sólo lo recomienda. Sus argumentos eran de peso: “Per tenir puro i futbol, millor només tenir futbol i no morir-se”. Si tan convencido estaba de su párvulo razonamiento, debería haber aprovechado la reciente legislación y prohibir fumar en el estadi.
Pero claro, eso sería rebajarse a los lodazales de la democracia, someterse a los rigores de la crítica. Nuestro meritocrático presidente no es así. Él prefiere situarse por encima del bien y del mal y lanzar recomendaciones, como ya hizo en el caso de la imputación de LaPotra. Su Santidad Sandro XIV, pertrechado en el grupo de comunicación que le blinda como blinda a otros enemigos del progreso moral, invita a que no se fume y deja que se desate la caza de brujas en las gradas del Camp Nou.
No es el primer atropello protagonizada por Su Silente Santidad. Ya montó un acto de homenaje a las mujeres en el palco presidencial, como si ignorara que uno de cada cuatro socios son hembras, como si viviéramos en los años 40. ¿Saben qué consiguió, como miembro del triste establishment barcelonés? Señalarlas como ajenas a esa cúpula del poder macho y económico que él encarna. Es el mismo mecanismo de las revistas gerontocráticas que publican la edulcorada “página de los jóvenes”. O de los medios racistas que dedican un espacio a “las otras etnias” y de las teles más indignas se apuntan a causas solidarias. En definitiva, Sandro XIV -así será nombrado tras esta fumata- sólo consiguió retratarse.
Tengan por seguro que este presidente no pretende gobernar, eso le hermanaría con los políticos de la democracia y él prefiere un estilo más próximo al de otros regímenes. Puesto a tomar decisiones, su mejor consejero es la demoscopia, a la que obedece en aras de salvaguardar ese prestigio de que gozan los elegidos de Dios. Es evidente que su Santidad ignora que, en ocasiones, la corrección política no es sino el reflejo de un pensamiento profundamente antidemocrático.
PD. Sabe Dios que este cavernícola odia el humo de todos los artefactos pirotécnicos legales. Pero prohibir el humo del Camp Nou es un atropello comparable a teñir el escudo de blanco.

jueves, 24 de marzo de 2011

Lo que Inda nos dejó

Ya les doy por informados de ese rincón de lucidez que es la Libreta de Van Gaal, uno de los lugares donde con más acierto han dado cuenta de la carrera de barbarie protagonizada por Eduardo Inda. Ahora que finalmente ha abandonado el diario más leído de España queda por preguntarse qué poso ha dejado este personaje siniestro.
Una de sus batallas, es evidente, fue lanzar una nueva oleada hispanófila cabalgando sobre los éxitos de los deportistas patrios. Un discurso heredero del aznarismo de inicios de este milenio que se ha filtrado en los medios más que en ningún otro campo y que a estas alturas ya goza de una preocupante pátina de normalidad.
Inda ha cosechado otros éxitos: ha demostrado con su imposible estampa que los Habsburgo y los borbones no estaban tan alejados. Ha dado un paso más en la desenfrenada carrera por llevar lo peor de la radio -la polémica, el insulto, la zafiedad- al reino de la imprenta en aras de un envilecimiento colectivo y de una peor convivencia.
Y por último, ha tenido un papel destacado en la santificación de Mourinho como führer de los madridismos. Ha sido así como, tal vez sin querer, logró el único éxito significativo de su etapa como yihadista jefe del Marca: logró que a Florentino se le cayera la máscara y apareciera como el incivilizado capaz de amparar las infamias de su entrenador en el caso del dopaje.
Gracias a Inda, voz de su amo, de todos ellos, hemos recordado la verdadera naturaleza de La Banda.

lunes, 21 de marzo de 2011

El tumor (II)

Asumamos que el tumor más famoso del planeta es algo más que un problema de salud. A nivel deportivo, es una amenaza para un Barça que arrasaba en todos los frentes y que en el momento clave de la temporada, cuando debía ratificar su candidatura a mejor equipo de todos los tiempos, se ha quedado cojo.
Hay varias lecturas que pueden hacerse del asunto. La primera es que, efectivamente, éste no es un equipo perfecto. No puede serlo un equipo donde Milito ya no cuenta y se prefiere en el eje de la defensa a un medio centro. No puede serlo un equipo donde presidente y entrenador chocaron a cuenta de Chigrinsky. Pero aun imperfecto, este equipo puede ganar. Se tratará de ser un poco mejor que cada uno de sus rivales, de aplicar la doctrina Getafe. Seguramente Valdés tendrá más trabajo y seguramente se encajarán más goles con las ausencias de Abi y de nuestro glorioso y leonino capità. Y a este respecto habrá que comprobar si los defensas del filial son algo más que una notable campaña de publicidad de los amigos de Airfutbol.
Pero lo cierto es que vale lo mismo ganar de cinco que de uno y a eso tiene que ponerse el Barça. Tal vez el aspecto clave sea el psicológico. Ahora hace 30 años Quini fue víctima de un secuestro chapucero que sólo logró el derrumbe del Barça en el tramo final de la Liga. La depresión y el pánico de aquel conjunto remoto deben servir de ejemplo de dónde no hay que caer. Pero del mismo modo, y aunque Xavi se apresure a asegurar que con la desgracia de Abidal el equipo estará “más unido”, también hay que rehuir otro enemigo: la sobreexcitación emocional. Algo de ello sabe el Sevilla, que tras la muerte de Puerta se sumió en un bucle fúnebre y flamenco del que a penas salió el pasado año.
Al gol, con o sin tumor, se sigue llegando como siempre: pase a pase, con la paciencia e instinto asesino que ha patentado este equipo. Y por cierto, sonrían: es primavera y luce el sol.

viernes, 18 de marzo de 2011

Un buen sorteo

Inter, Chelsea y United en la misma parte del cuadro. Un rival exotico y temible por su solidez y la velocidad de sus delanteros, justo cuando el Barca tendra en defensa flechas como Busi, Milito o Fontas. La imposibilidad de enfrentarse a La Banda a un solo partido. La vuelta de las semifinales en casa. Si no es un buen sorteo, que venga Dios y lo vea.
*Disculpen los horrores ortograficos, los Macs daneses son realmente indomables.
*Disculpen también la imagen: acredita que en una sola era han convivido dos terceras partes de la Santísima Trinidad.

martes, 15 de marzo de 2011

El tumor (I)

Abidal lleva la cabeza rapada. Abidal es el mejor defensa del Barça este año. Abidal quiere irse porque no se entiende con Guardiola. Abidal se hace querer. Abidal tiene vocación de lampista. Abidal quiere marcar en el Bernabéu. Abidal es un negro que se muere de la risa. Abidal escucha a su padre. Abidal se preocupa de que sus hijas no cojan frío en la celebración de la Liga. Abidal es musulmán. Abidal marca un gol en tres temporadas. Abidal tiene un tumor en el hígado. Etc.
Mucho podemos decir sobre nuestro titán francés. Casi todo bueno. Ayer dio lugar a una noticia de esas que sirven para recordar que el fútbol es una cosa muy seria. Es algo más que una metáfora de la vida, es la vida en sí misma llevada a su máxima simplicidad. En este deporte caben los árbitros, los calendarios, las calumnias, la desfachatez, la inquina. Pero en esencia, el fútbol es una cuestión de nacer, crecer, morir o matar, celebrar.
El tumor de Abidal deja en evidencia las infamias que genera el Florentinato, esa manera tóxica de entender el mundo. El tumor de Abidal pertenece al espacio donde se desarrolla el auténtico fútbol, el de los terrenos de juego, donde hay que saber sufrir. El tumor de Abidal radica justo en la acción antológica protagonizada anoche por Muller y Ranocchia sobre la línea de gol. El tumor de Abidal nos habla de la voluntad, de la competición, de la pasión.
Es probable que Abidal supere este mal. En caso contrario, nadie podrá negar que vivió su vida y dejó algunas lecciones.

domingo, 13 de marzo de 2011

Los nunca vistos (VI): Christian P.

Tenía un perfil altanero, andares elásticos, sonrisa confiada y movimientos de estrella del hip-hop. Practicaba todo tipo de deportes violentos, como el windsurf, el ciclismo o el tenis de mesa. También el fútbol, por supuesto. Esta dispersión no respondía a unos gustos eclécticos, sino al natural omnívoro de este competidor nato.
Conocí a Christian en unas playas batidas por la tramuntana. Su chulería franca y natural deslenguado casaban perfectamente con sus preferencias futbolísticas: él era de La Banda. “¡Júlio Batista!”, gritaba cada vez que recibía el balón [sí, también a él le costaba esa molesta pe que suele ignorarse en Madrid]. “¡Gol de Júlio la Bestia Batista!”, clamaba cada vez que marcaba en el mundialito que hicimos.
Menudo, pero musculoso y explosivo, se hacía difícil quitarle el balón entre las dunas de la playa. Tenía rodillas de granito y no se inmutaba con los golpes, rascadas y magulladuras propias del fútbol playa. Jugaba fácil en ataque, era pegajoso y arácnido en defensa. Nos ganó infinidad de veces; aquella sería la primera vez que odiamos y admiramos el cuello de búfalo de Baptista.
Al día siguiente, un grupo de corpulentos franceses de origen magrebí nos retaron a un durísimo cinco para cinco en la playa. Tal vez nos juzgaron por el tamaño; se equivocaron. Christian no fue ninguno de los dos lesionados de nuestro equipo en aquella guerra polvorienta que protagonizamos sobre la arena y que, pese a las bajas, ganamos por 5-2 o 5-3. Jugó por la banda, jugó arriba, jugó abajo, jugó de portero. Forcejeó, esprintó, insultó sotovocce, sonrió, desafió y venció. Exactamente lo mismo que hacía en esas discotecas donde se las apañaba para, de algún modo, mirar desde arriba a jamelgas que le sacaban un palmo largo.
Le recordaré por esa sonrisa torcida y su trash-talking afilado. Así era esta Bestia. Allí donde esté, que descanse en paz; bien se lo ganó.

martes, 8 de marzo de 2011

El genio contra la potra

El fútbol es un juego perro y adictivo. Y qué gran noche nos dio. La noche en que un Villa infame logró ser decisivo con una asistencia y por el peso de su gol en la ida. La noche en que Busquets decidió humanizarse metiéndose un golazo en propia meta. La noche en que Alves pisó el área rival 50 veces y en que Xavi e Iniesta lo bordaron. La noche en que Wenger, con todas las musas, meigas, brujas y potras de su lado, acarició un milagro que sólo podría darse en un deporte tan salvaje como éste.
Al final, el Barça ganó porque es mucho mejor que el Arsenal, porque chutó 20 veces a puerta por cero la farsa de Wenger –¡qué placer incomparable derrotar a su equipo, al equipo que ayer animaban Henry y Mourinho!-. Y sobre todo, porque tiene a Messi, ese ser maravilloso que se acordó ayer de un gol remoto y quiso aclarar que aquello no fue ni casualidad ni error.
Puede que el Barça no juegue en muchos años contra un equipo que tenga tanta suerte. Pero estamos en paces: el Arsenal, nuestro buen Arsenal, no jugará contra nadie que tenga tanto Messi.

domingo, 6 de marzo de 2011

La nueva Samp

Era septiembre de 2002 y salía de San Siro tras un Inter-Ajax. Se me acercaron un grupo de italianos para saber a quién tiffava. Consciente de que no era una pregunta inocente, respondí que era del Barça. "Yo de la Sampdoria", dijo uno de ellos. Y de puro pánico, desaparecí entre la multitud.
Costó muchos años superar las pesadillas en que aparecía Lombardo. Olvidar los sudores fríos con el agarrón de Vialli a Koeman que Schmidhuber no vio, la taquicardia que producía Mancini cuando aparecía por el área de Zubi. Llevó tiempo comprender que la Sampdoria no es un rival, sino un aliado, una entidad venida al mundo para alegrar la vida al barcelonismo, como el Tenerife, Osasuna o Gago.
En palabras de Jordi Balló y Xavier Pérez, dos tíos muy duros, la Samp ejerce de Penélope, de aliada inesperada del héroe. Ése y no otro es su papel en la historia. Por eso las únicas dos ocasiones en que el Barça jugó con los buenos de los italianos ganó dos títulos europeos. Del Arsenal, poco más o menos se puede decir lo mismo. Siempre les hemos eliminado y a ellos les ganamos la Champions de Ronaldinho. De vez en cuando se cargan a La Banda. Eso sí, la sumisión de los de Hornby bien podría ser parte de un contrato en que el Barça también ha pagado su parte: nos robaron a Sex y a cambio les fichamos -atención- a Overmars, Petit, Henry y Hleb.
Por eso, ahora que la misión está al filo de la navaja, cuando no tenemos centrales, cuando otros 90 minutos malos dejan al mejor Barça de siempre sin la máxima competición, hay que apelar a la docilidad de un equipo condenado a perder contra nosotros. ¿Que la historia puede cambiar? No hombre, no. Aquí somos gente de ideas fijas, La Banda es lo peor, el Espanyol perderá una UEFA en los penaltis cada dos décadas y nunca habrá otro peor que Barjuan.
Señores del Arsenal: no les pedimos royalties por intentar copiar nuestro juego es esa disbauxa que es el fútbol inglés. No nos cabrea el robo continuado a nuestras arcas ni a nuestra cantera. Pero ya saben a qué vienen: a reivindicarse como la simpática nueva Sampdoria. A palmar.

jueves, 3 de marzo de 2011

Tortura

A falta de rivales en la Meseta, fue revigorizante el partido de ayer. "Sufristeis como perros", apunta un perico criptomerengue amigo de esta Caverna. Tiene razón, y mucho mejor así. Sufrió el Barça para sacar el balón, para quitárselo al rival, para dar cuatro pases seguidos. Sufrió ante la afición más odiosa de España, especialmente volcada cuando los vecinos del norte llegan a esos lares.
Al Valencia le falta presupuesto, que en fútbol no es sino un nueve y un diez, pero le sobra entrenador, le sobra plantilla, le sobra agresividad. Se comportaron como un equipazo durante los 90 eternos minutos: cuando Soldado le dijo a Busquets que se cagaba en su puta madre, cuando Guaita se quedó sentado dando gracias a los cielos por la vaselina fallada por Messi, cuando Il bello Pablo Hernández rozó el gol, cuando Ever le ganó dos o tres batallas consecutivas a Xavi e Iniesta. El placer de vencerles habría sido completo si hubiera jugado el gran David Navarro.
Hay que agradecerles que nos hayan recordado que el fútbol es, en esencia, una experiencia sadomasoquista. Seguro que al Barça le sienta maravillosamente esta sesión en el potro de torturas una semana antes de jugarse la vida ante el Arsenal, sobre todo porque, después de de sobrevivir a Mestalla, la Liga es azulgrana, y nadie se conforma con ella.