domingo, 29 de noviembre de 2009

Lo que esconde un zurdazo

¿Qué ven en esta foto? Tal vez vean a un gitano musulmán convirtiéndose en el hombre más querido del Camp Nou. O el único acierto de un partido lleno de grandes intenciones. Puede que vean en este zurdazo un hecho puntual, un capricho del azar que ha decidido un partido digno de ictus. 
Tras esta volea de seda, ejecutada con el interior, con savoir faire, se esconde mucho más que eso: la frialdad de Valdés, el corazón de Puyol, el amor al balón de Piqué, los pulmones sobrehumanos de Alves y Abidal. Y la pachorra virtuosa de Busquets, el rondo de Xavi e Iniesta, el vértigo de Messi. Todo estuvo en ese remate.
¿Fue casualidad que Cristiano se drenthizara, o que Nuestro Agónico Capitán sacara tres remates a boca de gol? ¿Fue casualidad que el Barça cumpliera 110 años ayer? ¿Que pese a la tremenda tormenta de antes del partido se llenara el Camp Nou? ¿Que la enchufara Ibra, de quien se decía que desaparecía en los grandes partidos? Nada es casualidad. Y en fútbol, los equipos suelen ganar y las patrañas tienden a perder. 
Miren la foto: un instante de justicia pura.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Xavi, humíllalo

Florentino y su monumental oda al mal fútbol vuelven al Camp Nou. Si este momento histórico se hubiera dado hace 25 años, los barcelonistas habrían regalado tal pitada al enemigo número uno del fútbol que nadie conservaría íntegros sus tímpanos.
Releamos cómo vivió Villoro el retorno del Innombrable al Estadi como madridista: "En ese momento, en las filas del Barça no se quería a nadie ni la mitad de lo que se odiaba a Figo". Es cierto, éramos gentes sencillas de corazón, nos dejábamos llevar por el estómago. Tampoco hace tanto, cuando un rival hacía una entrada fea en el Estadi, la grada atronaba: "¡Migueli, mátalo!". En esencia, los aficionados azulgrana eran sociópatas peligrosos venidos al mundo para insultar al Madrí -o en su ausencia, a ese conjunto de trapos blancos que corretean sobre el verde-.
Las cosas han cambiado. Hoy no odiamos a nadie del Madrí ni la mitad de lo que queremos a Piqué, Busquets o Keita porque los blancos son una birria, una mentira. Llega La Banda convertida en una divertida atracción de feria, y cuesta imaginar un homenaje más perfecto al engreimiento que ese montón de mercenarios fichados a precio de oro con Ronaldo a la cabeza. Pueden ganar, cierto. Habida cuenta del PC Fútbol que tiene montado en la delantera, podrían hasta golear. Seguirían siendo una farsa.
Qué lástima que a costa de la excelencia los barcelonistas ya no odien como solían. Será que piensan que no hace falta, que saben que a este deporte se juega con un solo balón y es muy difícil tenerlo sin centro del campo, sin una idea de juego, sin alma. Si los culés fueran aún lo que solían, Florentino se llevaría mañana toda la ira y a burla de los que aman a este Barça, que son también quienes aman al fútbol.
Pero hemos crecido: nos bastará con que Xavi coja el balón. Xavi, humíllalo.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Baberos al sol

Lo vieron 93.000 personas en el estadi y millones por la tele: qué exhibición, qué escándalo, qué golpe de autoridad. El mejor equipo del mundo aplastó ayer al primer fraude millonario que le ha visitado esta semana reservando a sus dos mejores delanteros. Qué pensaría Ibrahimovic sentado en el banquillo: "He venido a un grande". Qué pensaría Eto'o corriendo desesperado por el campo.
Enfrente tenía un equipo donde jugaron nueve canteranos, por sólo uno su rival. Un equipo donde Busquets se doctoró en una gran cita -su sombrero ilustra una exhibición espectacular- y Pedro demostró que puede ser Pedrinho con un control y dos regates de fuoriclasse. Sobre todo, el equipo de Xavi e Iniesta, la máquina más perfecta que se ha visto.
No sólo Eto'o debió de sentirse ayer en un equipo pequeño. Pienso en Maicon, el superhombre que ha hecho de Alves un suplente. Pienso en Motta, minimizado, debió acordarse de su carrera tirada a la basura por su mala cabeza. Para completar la felicidad, Mourinho sacó a última hora a otro rompevestuarios como Quaresma. Unos con Eto'o, Motta y el portugués, los otros con la cantera y reservando a sus estrellones.
Fue una noche grande, una noche para entender por qué el Barça se libró del camerunés, de Hleb y de Cáceres: para ser un equipo aún mejor, algo que parecía imposible. Los culés con hijos pequeños ya lo saben. Pueden tender sus baberos al sol y preparar sus pañales, porque, ¡horror!, viene La Banda. Y a  lo mejor -quién sabe- Guardiola cree oportuno que jueguen dos suplentes llamados Messi e Ibra.

domingo, 22 de noviembre de 2009

El campeón, a examen

López, Whalan, Martín, Mann, Español, Minguell, Ivovic, Delgado, Vallès, Perrone, De Lera y Garcia. Quiso el destino que estos 12 deportistas conocieran ayer la derrota después de cuatro años y 145 partidos sin perder. Son el Atlètic Barceloneta de waterpolo, un equipo que ya es leyenda y que vive hoy el trago de verse apeado del liderato por primera vez en años.
Tal vez encuentren tiempo de pasarse por el vestuario del Barça mañana lunes para hablar con Iniesta y compañía. Para recordarles que son los mejores y que si se les han escapado partidos que antes ganaban por inercia tal vez es por una cierta relajación, por un exceso de autoestima. Para decirles que no es casualidad que se les escapen victorias en los últimos minutos, que se fallen tantas ocasiones. Y para confesarles que a un auténtico campeón se le ve justo ahí, cuando está contra las cuerdas en una competición cruel y sin su mejor jugador.
En esta semana de vértigo, el Barça mostrará qué clase de campeón es: uno exuberante que duró doce meses, o uno duro como una roca que aguantó a pesar de lesiones, virus, escasez de fichajes y golpes de mala suerte. El martes, la supervivencia en su Copa de Europa. El sábado, el orgullo contra la gran mentira del fútbol mundial. Xavi y Puyol contra Eto'o y Cristiano Ronaldo. Es la hora de separar a los campeones verdaderos de los becerros de oro. 

miércoles, 18 de noviembre de 2009

El funcionario Mariaga y el triunfo de la incivilización

El fútbol brilló anoche en todo su esplendor. No en Viena, por supuesto, sino en Jartum, donde Argelia y Egipto se enfrentaban a vida o muerte por una plaza en el Mundial. Un partido duro, tenso, con entradas made in Martagón, pérdidas de tiempo constantes, miedo, pocas ocasiones. Una noche inolvidable.
Para calibrar la magnitud del espectáculo, lean la previa que escribía del evento un trotamundos que entre otras cosas, es periodista:
“En el estadio, de 42.000 localidades, habrá 9.000 egipcios, 9.000 argelinos (había dos millones de solicitudes), 9.000 sudaneses y 15.000 policías”. Qué bello es el fútbol, que además, impartió justicia: Egipto, que había forzado el desempate con un gol fuera del tiempo, de juego y de la legalidad (http://www.youtube.com/watch?v=eACzJGRcpEo), perdió.
La jornada internacional tuvo otros escándalos memorables, como el de Francia. http://www.youtube.com/watch?v=3oWo9vCd9KU, una acción tragicómica que nos recordó que lo que de verdad hace grande al fútbol de selecciones son los jugadores y sus ganas de ganar. Tal vez merezca la pena recordar que ahora se cumplen 40 años de la Guerra del Fútbol, el conflicto bélico que enfrentó a Honduras y El Salvador tras un chispazo futbolístico. Cerca de 1.900 personas murieron y nadie como Kapucinsky retrató esos días.
En el libro que escribió al respecto contaba lo siguiente: "Después del partido en que México ganó a Bélgica por 1 a 0, borracho de tanta felicidad, Augusto Mariaga, alcaide de la cárcel de Chilpancingo (estado de Guerrero), que alberga exclusivamente a presos condenados a cadena perpetua, recorre los pasillos pistola en mano, dispara al aire y al grito de “¡Viva México!”, abre una a una todas las celdas, dejando en libertad a 142 criminales peligrosos. El tribunal absuelve a Mariaga, “porque, según se puede leer en la motivación de la sentencia, actuaba llevado por un arrebato de patriotismo”.
La rambla del Raval de Barcelona estaba anoche tomada por argelinos eufóricos, celebrando el triunfo de su selección ante el histórico rival. Un espectador que pasaba por ahí y no hablaba árabe creyó entender de sus gritos que dedicaban el triunfo a la salud del funcionario Mariaga, en general, y a la incivilización y al fútbol, en particular.

viernes, 13 de noviembre de 2009

El gran circo del fútbol

El fútbol parece a veces una taberna que acoge sólo a los más freaks de cada casa, una tasca que interpreta el derecho de admisión a lo bestia, un frenopático sólo apto para sujetos dudosos. Qué grande, el fútbol, esa religión con 1.200 millones de practicantes y aún más seguidores.
Esta semana hemos podido asombrarnos con una nueva exhibición de Gutiérrez Haz., alias Guti, alias ese ilustrado. En una sola entrevista afirmó que a Florentino "no le están saliendo bien las cosas" -¿acaso le confunde con Ramos, ese lateral diestro?-, que los jugadores extranjeros "no entienden los valores del Madrid" y por último que "ahora" tiene edad para estar hasta las 6.00 de la madrugada en los tugurios más ilustres de su ciudad. Recordemos: es capitán de su equipo, todo un veterano. La prueba de que coeficiente intelectual y fútbol nada tienen que ver.
-¡Es que el fútbol es un deporte, no una especialidad del postgrado de metafísica alemana del XIX!-, dirá alguien, reivindicando que lo único que se debe exigir a los futbolistas es que parezcan atletas griegos. Ni eso. Estos días hemos visto a Ronaldo meter su 11º gol en 17 partidos en Brasil, una media que ya hacía en Europa. "Estoy gordo, yo no me convocaría", afirmó, riéndose de su preparador físico, sus suplentes y su hueste de amantes. Pero tiene toda la razón: está hermoso, como Maradona o Romário, como Gascoigne. Bien podría haber sido un tío sin cambio de ritmo -Xavi, Lampard- o un gigante patizambo y desdentado -Rivaldo-.
O incluso un manco como Álex Sánchez (foto), el prometedor delantero de la cantera del Zaragoza. Sólo él sabe las barbaridades y los pintorescos insultos que habrá escuchado en los córners por haber nacido sin mano derecha. El domingo llegó a la cima, al debut en Primera. Aún más arriba estaba un depresivo crónico como Robert Enke, que no se repuso a la muerte de su hija, y hasta que fue al encuentro de un tren se disputaba la titularidad ni más ni menos que de la selección alemana en el próximo Mundial.
Este foro se declara fan acérrimo de los idiotas, los gordos y los tullidos, los desgarbados y los melancólicos. Ellos, con sus grandezas y miserias, hacen que desde el sofá nos sintamos futbolistas, que nos veamos capaces de todo. Algo que no ocurre viendo a los gigantes del baloncesto, a los héroes del ciclismo, a las bestias anfibias de las piscinas. El fútbol, el gran circo de la humanidad. Como diría el poeta, "el estiércol y las flores".

domingo, 8 de noviembre de 2009

¿Vale de tacón?

De Laudrup ha quedado su croqueta (http://www.youtube.com/watch?v=sjAtmol1mzI). Romário dejó las vaselinas con el interior y los remates al palo largo con el exterior (http://www.youtube.com/watch?v=BGud9vKGapA). El Innombrable sabía que también se puede regatear a lo ancho (http://www.youtube.com/watch?v=4eD3aEVRPz8, 2'12"). La memoria del fútbol les agradecerá siempre que patentaran gestos técnicos que ya se habían inventado pero que eran poco más que rarezas. 
Y ahora nos encontramos a un gitano musulmán sueco de extrarradio dispuesto a cambiar para siempre nuestra concepción del taconazo. Ibrahimovic, ese monstruo flamenco, reinventor del arte del zapateado, consiguió ayer una de las asistencias más salvajes que se han visto en el Camp Nou, y es mucho decir. Sumó, además, su séptimo pase de gol en lo que va de año, igualando todas las que el Negro Descabezado y Enloquecido consiguió en toda la pasada temporada.
El gesto no es difícil, pero la visión de juego es sobrenatural. Pobre Pedro, imagínense si falla. Subiendo el volumen (http://www.youtube.com/watch?v=6CrzJd8gAnw) se oye el "¡Ooohh!" del Camp Nou, el estadio menos impresionable del mundo. Picassovic dio ayer hasta seis taconazos -en el aire, dentro del área, con defensas colgados de la espalda- para explicar que si a fútbol juegan los hombres y no los patos, por algo será.
Cuando le enfocan las cámaras, debajo de esa mirada reconcentrada, a veces se le intuye un esbozo de sonrisa. Le ocurre cuando está a punto de hacerle al defensa la gran pregunta: "¿Vale de tacón?".

jueves, 5 de noviembre de 2009

¡Pánico en la grada!

Culé Cabreado (CC): ¡Sólo hemos metido tres goles en cuatro partidos!
Culé Pentacampeón (CP): Sí, ha habido mucha mala suerte que cambiará en las dos últimas jornadas.
CC: Como no cambie, estamos fuera. Y merecidamente: sólo hemos ganado un partido de cuatro.
CP: ¿Cuántos merecimos ganar: todos, o todos menos uno? Dependemos de nosotros mismos. Un empate y una victoria bastan. 
CC: Sí, pero nos lo jugamos en otro congelador y contra Eto'o y Mourinho en el Camp Nou.
CP: Peor para ellos, Messi e Ibra juegan en el Barça.
CC: Huele a catástrofe, tanta mala suerte es un anticipo de tragedia.
CP: El Liverpool necesita un milagro para seguir en Champions y aún creen. ¿Acaso son mejores que nosotros?
CC: ¡Pánico en la grada!
CP: ¡Viva la Champions y el fútbol en el abismo! ¡Muera el Gamper y las pachangas cutres!

domingo, 1 de noviembre de 2009

El precio de la eternidad

Malcolm McDowell tiene 66 años y hace casi 40 que es historia. Es más que eso: es un icono, un sello inconfundible y omnipresente en las carpetas de las escolares más rebeldes y en los pósters de los freaks más gafopastos. McDowell interpretó en su día a Alex, el terrorista callejero de La naranja mecánica de Kubrick. El matón y violador sin escrúpulos que recibe la célebre condena que aparece en la foto: el tratamiento Ludovico, que le obligaba a ver imágenes sin siquiera pestañear.
Hace unas semanas, el bueno de Malcolm trajo su inquietante mirada azul a Sitges y tuvo bonitas palabras de afecto para Kubrick. Recordó cómo rodando la escena sufrió un desgarro de córnea y cómo el director le obligó a seguir rodando, sin pestañear, a pesar del dolor. A cambio de ese suplicio, su nombre figura en la historia del cine.
Esta bonita parábola es un intento de reconducir la furia anti Márquez que vivió esta Caverna anoche. Nuestro romántico y atolondrado central -casi siete años en Barcelona le contemplan- está completando un inicio de temporada tremebundo; el de ayer es el cuarto gol rival en que participa. Es el kaiser un central con horchata en las venas, que no se alteró ni cuando en el vestuario le regalaron un CD de Alejandro Sanz, por cuya esposa estuvo a punto de fichar por el Atleti. Pero -y ésa es la grandeza del asunto- ocurre que Márquez es de los pocos centrales en el mundo que saben sacar jugado un balón, algo imprescindible en este Barça.
El arte, la eternidad y las naranjas tienen un precio. El que pagamos en el Camp Nou es el de tener a uno de los grandes empanaos del mundo del fútbol. ¿Compensa? Viendo a McDowell en Sitges, uno habría dicho que sí.
PD. Conozco a mi audiencia y sé que nadie compartirá lo que aquí he escrito. Sean ustedes creativos y sugieran castigos dignos de nuestro dorsal 4, alias la venganza de Moctezuma.