viernes, 27 de abril de 2012

El hombre que cambió un club



¿Cómo se cambia la historia de un club? Contabilizando los títulos de un equipo como los tiros libres: 13 de 18. O con un destrozo histórico en el Bernabéu, 2-6. Extendiendo el terror en el Averno durante siete partidos consecutivos. Todo eso hizo Guardiola para convencernos de que mai ningú no ens podrà tòrcer. Arrasando en finales europeas con nueve jugadores de La Masia. Llevando a nuestra estrella a registros goleadores de hace medio siglo. Guardiola cumplió viejas profecías, nos sacudió las malditas urgencias históricas, exterminó décadas de victimismo loser. Pero su mayor triunfo llegó en la derrota, cuando en dos ocasiones distintas, a pocos segundos para perder una semifinal de Champions, todo el Camp Nou empezó a cantar himnos de felicidad, a mostrar su orgullo, a advertir a la fatalidad de que tarde o temprano volveríamos.

Todo eso lo logró desde la normalidad que supone imitar al mejor. No imitar a Serra Ferrer, ni a Rexach, ni a Antic. Al mejor, a Johan Cruyff, abuelo de este equipo legendario. Lo logró también desde la excelencia motivacional y táctica -Busquets es su obra más perfecta-, desde el detallismo y la obsesión, desde un cuerpo técnico multitudinario y excepcional.

Su adiós nos deja buenos augurios: tanto ha cambiado este club al abrigo de su alopecia, que hasta las transiciones hacemos bien. Sin dramas, bochornos, estertores ni cadires que volaven. También concluimos que el asunto no es culpa de la directiva: seguramente no han ayudado en nada y han puesto palos en las ruedas desde las tribunas mediáticas del nuñismo, pero al final, la decisión es de Guardiola. Además, a nadie se le escapa que la historia del Noi de Santpedor es demasiado bíblica como para terminar aquí. Tal vez pronto tendremos un presidente que no dé vergüenza ajena, por primera vez en demasiadas décadas.

El vacío que deja Guardiola será pronto un recuerdo feliz. Ayer, en una de sus últimas respuestas, se refirió a "la pazzia del calcio". Gracias por esa locura. Nos ha hecho gozar como a niños, nos ha devuelto la infancia, nos ha alargado la vida. Hay partidos, como ese 5-0 glorioso, que nos acompañarán ya para toda la vida, que palpitarán dentro nuestro en las noches negras. A Guardiola este tiempo le ha parecido una eternidad; es un modo de verlo. Preferimos decir que estos cuatro años serán eternos.

6 comentarios:

Albert Martín Vidal dijo...

Esta foto de Tim Kölln seguramente hace justicia al director de la mejor orquesta sinfónica que hemos conocido.

Quiero aprovechar también para pedirles que repasen, en junio de 2008, la fría bienvenida que dimos aquí al Mite, es importante que sepan ustedes qué clase de Nostradamus estoy hecho... Pero de todo se aprende: somos muy de Tito. Mucho. Pronto escribiremos sobre él.

Marc dijo...

És com si Scarlett Johansson et deixés però t'apuntés el telèfon de Kate Upton i et digués que la truquessis al cap de 5 minuts.

Mola.

Ara, haurem d'estar atents al neonuñisme si les coses no funcionen al principi de l'era Tito.

Anónimo dijo...

Tampoc Martí Perarnau donava un duro per Guardiola...

I se t'acumula la faena, Albert: entrada de la ignomínia bàvara de la Banda i entrada sobre Tito.

Per cert, gran entrada (again).

Pedro dijo...

Por su forma de trabajar, por su elegancia ante la prensa, por su humildad, por su manera de motivar y dirigir a un grupo excepcional de jugadores, pero sobre todo por demostrar que nuestro equipo puede ser grande, muy grande... Gràcies Pep, tornarem a vèncer!

Arnau dijo...

Collons, quina entrada, nano! Tu també avui m´has fet plorar.

pulmón dijo...

Lean hoy a Jabois sobre Guardiola. Un texto con un final tan bueno como el de Albert.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/29/opinion/1335687587.html