Es el día, es la hora. Esperan en Mestalla once tíos y una afición dispuestos a practicar un exterminio deportivo del Barça tan devastador como el del Getafe el año pasado, cuando nos dejaron en el último momento sin final de Copa.
Hoy he visto el 0-2 al Valencia en la 2004-2005, con goles de Ronaldinho y Eto'o. Viendo cómo celebraba el Barça aquellos goles, he comprendido que lo de esta noche es pura cuestión de orgullo. Igual que viendo al Racing perder con grandeza, he visto que hay noches en que los futbolistas deben sacar lo que llevan dentro.
El Barça tiene hoy la oportunidad de demostrar que es un equipo grande. Esta noche no ganaremos con fantasía ni de virguerías. Es un trabajo para Abidal, Puyol, Valdés, Milito y de Touré, para los guerreros. Es el día para que Eto'o reviva en el túnel de vestuarios, antes de saltar al campo, sus escalofriantes gritos de una tarde de marzo de 2005: "¡¡¡Vamos, hermanos, es el último partido de nuestras vidas!!!"
1 comentario:
Pues precisamente los guerreros no estuvieron muy finos. Puedo decir que hacía tiempo que no me dolía tanto una derrota y que no gritaba tanto nuestros goles, fue un palo muy duro...
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