
sábado, 29 de enero de 2011
Sobre los perdedores

jueves, 27 de enero de 2011
Cola de león

viernes, 21 de enero de 2011
La 'messinha'

Pues bien, no es así: igual que Laudrup e Iniesta son sinónimos de croqueta; Ronaldinho bordó la elástica, su clásica media bicicleta en carrera y maravillas asombrosas como ésta, o ésta, o ésta otra, e incluso ésta; Romário será recordado por su cola de vaca y esa cintura que seccionó, por sus vaselinas, sus remates con el exterior del pie derecho. Zidane, Rivaldo, todos los grandes tuvieron una especialidad. Hasta Judas tuvo la suya.
¿Y nuestra Bestia Parda, esa fuerza de la naturaleza a quien sólo le interesa llegar al gol? Podría argumentarse que su cambio de ritmo es único, sería cierto, que sus caños son letales, o su forma de superar rivales perfilando su zurda. Pero eso no son gestos técnicos puros. Tras años de gozosa observación, hemos dado con la messinha: se trata de un gesto made in Rosario con que amaga el disparo ante los porteros. En pleno vértigo hiperespacial, levanta la mirada, observa a su adversario y carga su peso exageradamente sobre su zurda para disparar. Pero el chut no llega, es sólo una finta con que desequilibra al portero y hace inútil su esfuerzo por cerrar espacio. Consumado el engaño, entonces sí: otros dos pasitos y cap adins. ¡Voilà, la messinha!
Les dejo con ella, afinen la vista que a esa velocidad cuesta disfrutarla. Por lo demás, verán que se llevan bien: ha sido parte de sus vidas durante algunos años ya y suele ser la antesala de grandes alaridos.
La última, al Betis. Otra más clara, al Sevilla. Contra el mismo rival, esta vez parado. Y una para enmarcar, a la Fundación de Ayuda a La Banda. Y lamentando el exceso de links -he sido apercibido, me redimiré- no puedo evitar adjuntar la messinha al Zaragoza y otra memorable a Casillas.
lunes, 17 de enero de 2011
Romário era tonto

jueves, 13 de enero de 2011
Afellay, el mito

Daños colaterales de la Edad de Oro Azulgrana: llega un fichaje exótico y se le da el mismo trato que en su día se dispensó a Christanval. La más absoluta indiferencia es lo único que ha recibido el pobre Ibi Afellay desde que llegó al Camp Nou hace tres semanas. ¿Y quién iba a fijarse en Lina Morgan cuando tiene a Giselle en su cama? Gente seria, los barcelonistas.
La silenciosa llegada de este delantero holandés -estrella del PSV como en su día lo fueron Koeman, Van Nistelrooy o Cocu- es un buen síntoma y tiene además la virtud de resucitar los tiempos románticos en que los fichajes extranjeros eran esperados con ilusión y el más absoluto desconocimiento. Vean qué decía Gregorio Morán cuando el Oviedo fichó a Amarilla y Romero: “¡Dos paraguayos! Los únicos paraguayos conocidos en el mundo asturiano eran unos frutos muy jugosos, de la familia de los melocotones, que costaba pelar y que luego se comían a bocados, dejando siempre un reguero de jugo que cruzaba la barbilla, lo que daba impresión de golosería y mala crianza. ¡Al fin aparecían en Asturias, capital Oviedo, dos paraguayos no comestibles! ¿Y cómo serían los paraguayos-personas? Había expectación por ver a los primeros paraguayos con pies de nuestra vida; unos pies de oro, a juzgar por las esperanzas que despertaban”.
Y piensen también en los entrañables y sombríos tiempos de los VHS de Núñez, en las falacias de los vendedores de burras tipo Minguella... De verdad, es bonito renegar de los nerds futbólogos e ignorarlo todo sobre Afellay. Todo excepto lo que ha mostrado en tres ratitos: timidez, torpeza e imprecisión. No desesperen: disfruten de Afellay, el mito, antes que llegue Afellay, el jugador.
miércoles, 12 de enero de 2011
Un premio a la altura del fútbol

domingo, 9 de enero de 2011
La profecía rota

miércoles, 5 de enero de 2011
El placer de sufrir
