
miércoles, 31 de agosto de 2011
Los nunca vistos (VII): Raül G.

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sábado, 27 de agosto de 2011
Pantalla bonus

En diciembre, cuando pillemos a papá Neymar, habrá concluido la pantalla bonus a que nos ha dado derecho ganar esos títuos menores que no son la gloriosa Copa del Rey que puso Franco. Menores en apariencia. En el caso de Mónaco*, la Supercopa es un desfile de equipos que han aportado algo al fútbol en el último lustro. Allí ha estado el Shaktar de Lucescu y Srna, un equipazo. El Atlético del Kun, que cuando se ponía, era el único capaz de desarbolar a este Barça. El Sevilla, que fue un asunto mayúsculo alrededor de Kanouté y Alves. También al Zenith de los petrodólares y Arshavin. Y por supuesto, dos monumentos a la gerontocracia como el Milan y el Inter. A Mónaco van los grandes y de Mónaco sólo salen campeones los grandes de verdad (prueba de todo ello está en que allí no concen a Sergio Ramos).
Por esa razón el Barça ha acelerado en modo Abdoujaparov y ha aprovechado estas pantallas bonus para superar a La Banda en títulos ganados. Los dos principales títulos son la Champions y la Liga, claro, pero bien está que los Quincazos se acostumbren a mirar por el retrovisor. Vamos a más, que lo sepan: la verité est en marche et rien ne l'arretera.
PD. Servidor concluyó esta semana que nació para ver jugar a Messi. Nada le llena tanto.
PD2. Alexis Sánchez. Vértigo, adrenalina y erecciones.
PD3. Cesc Fàbregas: la mejor adquisición de este club desde un tío llamado Ronaldinho. Mal fichado, eso sí. Sex, traïdor, si n'ets de bo!
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miércoles, 24 de agosto de 2011
La Banda como síntoma (II): Todo por la pasta.

Eso es La Banda del Delincuente Primero: un monumento a la falta de valores. Vale todo para ganar, y lo que es más asombroso, vale todo para perder, para arrastrarse por los cenagales, para ser la vergüenza del planeta, para motivar a un Barça legendario que lo ha ganado todo y que corría el riesgo de echarse a sestear. Florentino debería saber que antes de crear esta infamia que es su Banda, ya existía un deporte llamado vale tudo y que ofrece instantes edificantes como estos. A eso juega el Delincuente Segundo: a decir que el rival se dopa, que compra árbitros. A lo que haga falta. ¿Les sorprendería que pagaran a un chalao para que atentara contra Messi? A estas alturas, ya no sabemos dónde está el límite; es lo que tiene la falta de valores: te tiras por el tobogán y el resto es sencillo.
Sólo Florentino podría parar esto, echando a Mourinho, dimitiendo en junio. Pero conviene recordar quién es el Ser Superior. Un milmillonario de la especulación y el ladrillo que durante toda su vida sólo se ha preocupado de levantar barreras entre él y la plebe. Alguien, cosa tremenda, a quien sólo le importa ganar dinero. Fueron él y los que son como él los que trajeron la crisis más grave a Occidente en 80 años, una crisis que amenaza a la gente mayor, a las familias y a toda una generación de jóvenes.
A este Enemigo Público le ampara su poder -que emana de su dinero- y su Central Lechera -que vive también de su dinero-. Sólo caerá si el madridismo en pleno abre los ojos, hincha los pulmones, y silba. ¿Qué puede hacer, mientras, el Barça? Seguir humillando a un hombre que en 64 años sólo ha conocido la derrota, el oprobio y la vergüenza gracias a Ronaldinho, primero, y Messi, después. Seguir humillándole en un pequeño acto de justicia universal.
Pero que nadie se engañe: esto es sólo fútbol, y cuando hayamos acabado con él, seguirá dedicado a lo que ha hecho toda su vida: joder al planeta para comprarse un barco nuevo.
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domingo, 21 de agosto de 2011
La Banda como síntoma (I): La verdad ha muerto.

¿Cómo es posible que Florentino no haya dimitido? ¿Cómo es posible que no haya miles de socios del Madrid exigiendo el despido de Mourinho después de toda la infamia que ha protagonizado? ¿Qué alma mueve a La Banda de los Quincazos, qué propósitos? ¿Cómo se mantiene en pie el equipo más caro, leñero e impopular del planeta? Tal vez porque comparte algunos de los males que asolan a un planeta que se cae a trozos. Éste es un extracto de la entrevista publicada el pasado mes de abril en La Vanguardia a Kelly Nycks, director del documental Split: A divided America. Que se sepa, este buen hombre nada sabía de la Central Lechera, de Inda, de Pedro J., de Relaño, de PuntoPelota, de Defensa Central, de García Ferreras ni de Mourinho.
-Antes cada ciudadano tenía derecho a elegir una opinión, pero no podía inventarse unos hechos. Lo que ha cambiado es que las nuevas tecnologías permiten a cada ciudadano elegir la realidad que prefiere y encerrarse en ella como si fuera una burbuja.
-¿Cómo?
-Hay más información que nunca, pero también más facilidad para tergiversarla a menor coste: cualquiera puede manipular: –mezclar, montar, alterar– voz, sonido, imágenes, vídeos...
-Eso no cambia la realidad, que es una.
-Desde luego que no, pero permite que cada uno elija su realidad y, sobre todo, permite a cada uno nutrirse sólo de los contenidos que no la ponen en cuestión.
-Siempre ha habido ideologías y medios de comunicación que las sustentan.
-Sí, y todo el mundo tiene derecho a una opinión, pero no a unos hechos. Elegir los hechos no era posible antes, pero eso es exactamente lo que está pasando hoy. Antes no era tan fácil manipular las lecturas de los hechos. No era tan fácil crear una cadena de televisión de ultraderecha, por ejemplo, capaz de emitir vídeos trucados y tertulias con expertos que los apoyan con un sinfín de recursos mediáticos hasta conseguir crear una realidad paralela...
-Por ejemplo.
-Hay millones de norteamericanos que todavía creen que en Iraq se encontraron armas de destrucción masiva. Y lo creen no porque se lo haya dicho la Fox, sino porque “lo han visto” en la Fox: lo han visto en sus vídeos. ¡Ésa es la causa última de la desaparición del centro, del mainstream, y de la polarización y radicalización de las posiciones políticas! Y no sólo en Estados Unidos.
-¿Qué relación existe?
-Antes cada uno tenía su opinión, pero había grandes medios de centro, como The New York Times o The Washington Post, que ratificaban con honestidad lo que era cierto o lo que no y el resto de los media lo aceptaban, como casi todos los ciudadanos... Siempre quedaban opiniones radicales sobre los hechos, pero no cuestionaban de forma radical su autenticidad: había, al menos, una “verdad de la mayoría”. Hoy el Times y el Post han perdido la capacidad de crear esa versión hegemónica de la realidad. Venden una realidad más que compite con la Fox y los creadores del Tea Party.
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jueves, 18 de agosto de 2011
Real Madrid Club de Delincuencia

Tranquilo, como quien pasea por la Rambla de Catalunya con su mujer e hijos, Mourinho localiza a su objetivo y se aproxima, tranquilo a él. Cuando lo tiene a menos de un metro, emplea su mano buena, la derecha, para hurgar con el índice en el ojo de la cabeza pensante del Barça. En el momento de sentir la humedad de la córnea en contacto con su dedo, se le pone un inequívoco rictus de placer. Después, ante la falta de reacción violenta de la víctima -un desganado empujón-, el Delincuente Segundo del Tito Flo lanza un ataque desesperado lanzándole besos a Pito Vilanova, que le ignora. Mourinho acaba de explicar, en un gesto para la historia, qué es La Banda.
Eso ocurre instantes después de que Adriano, ese lateral calamitoso incapaz de despejar un balón, se encuentre con la pelota en el área del rival. Por instinto, la centra atrás, donde no llega el Delincuente Tercero. Allí aparece Messi. Tranquilo, reposado, como quien pasea a su mujer e hijos por la Rambla de Catalunya, acomoda su empeine para meterle al Señor Carbonero su 13º gol. La Bestia Parda no hace como debiera y se niega a hacerle un calvo a los delincuentes Cuarto, Quinto, Sexto, Séptimo y Octavo. Es el minuto 88 y lo celebra eufórico: el fútbol vuelve a imponerse al crimen, el cosmos sigue fluyendo. Besos a la afición y al escudo, gritos, mirada al cielo. Messi acaba de explicar, en un gesto mil veces repetido, qué es el Barça.
Millones de espectadores lo han vuelto a ver. El Madrid es el mal y al cierre de esta edición no parece que el pío Delincuente Primero, muy pendiente del Ibex 35, se plantee ni dimitir ni echar a su entrenador y a seis jugadores por calcinar la imagen de su club. Es cierto que el Barça tuvo suerte. También lo es que desde su llegada a la presidencia, el Barça acumula ocho títulos, por uno de La Banda y a eso la suerte no llega.
A La Banda, que lo fía todo a unos títulos que no gana, la salvará una nueva dosis de realidad virtual en los kioscos. Es obvio que no entienden otra cosa que el marcador: ni los valores, ni la sapiencia, ni la vergüenza, ni el arte. Tal vez acierten a comprender el santo testamento del profeta del fútbol. Y conviene recordarles que el 20 de noviembre y el 17 de abril tenemos una cita. No tengan la menor duda de que, ¡ay!, traeremos la minifalda.
lunes, 15 de agosto de 2011
Estrenamos psicólogo

"Todo el mundo tiene sus problemas y el fútbol es el psicólogo más barato".
Escándalo y vergüenza, los niños llorando, desconsuelo, cenizas por doquier, réquiems, la peste. El Barça ha pagado por un canterano más de lo que tiró a la basura por Saviola u Overmars. "Uno de los nuestros", repite y cacarea el vestuario. No. Por uno de los nuestros no pagaríamos un duro. Por uno de los nuestros no haríamos un fichaje tipo jeque árabe, una florentinada, una morterada propia de un equipo en crisis y necesitado de fuegos artificiales.
El Barça, ese club que ha cerrado una sección de baseball este verano, manda el peor de los mensajes a sus chicos de la cantera, toma un camino infame que con Gerard López se debería haber cerrado para siempre y ficha a un fugitivo. Rosell y Zubi se han excretado en el romanticismo de este club y han demostrado que la hiperprofesionalidad no casa con ciertos lemas.
Guardiola y sus 10 mejores jugadores están felices, claro. Han fichado a un amigote, sienten que el Barça se lo debía. Se equivocan. Sex tenía que haber venido con carta de libertad y pidiendo perdón -perdón de verdad, de rodillas, no como ha hecho hoy-. Por todo ello, le anuncio, Dear Sex, que usted va a ser mi psicólogo en los próximos cinco años: cada fallo, una bronca monumental, sonoros insultos, juramentos en arameo. Y por supuesto, para llevarse una ovación la mitad de grande que las que merecen Fontàs o el insensato de Thiago, tendrá que hacer el triple que ellos.
Ocurre que el fútbol es un terreno sagrado, de sueños e ilusiones, un terreno virgen. Hay padres que se mueren de la pura alegría de ver a sus hijos marcando un gol con su equipo. Otros hacen un cambio de domicilio para llevárselo gratis a otro equipo. Sex tuvo prisa, y es muy respetable, pero nunca debería haber vuelto costando dinero.
Dicho todo eso, en esta Caverna nos gusta el fútbol. Digámoslo claro: Sex es un fuera de serie. Tal vez el segundo mejor centrocampista del mundo. El más joven de entre los cinco primeros. Un prodigio, un fenómeno, un ganador. Capaz de obras de arte como ésta y de golazos decisivos como éste. Sólo suplente en la ortopédica España del jefe de los secuestradores. Un jugador que puede desplazar a Iniesta al extremo, que sucederá a Xavi, que hará del Barça un equipo mejor incluso después de empacharse de gloria.
Que quede claro: este cavernícola está indignado. Pero los Quincazos de Mou están mucho peor.
Diego Forlán.
jueves, 11 de agosto de 2011
Gente seria
domingo, 7 de agosto de 2011
Los futbolistas buenos van al cielo
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