El Espanyol quiere denunciar a Henry, a Piqué y a Messi por generar violencia con sus celebraciones. Pobres pericos, como Laporta, se descalifican solos. ¿No se han enterado de qué va el fútbol? ¿No saben cómo las gastan Tamudo o Luis García? ¿Acaso no han visto nunca a Marañón, ese goleador histórico, jugando con 60 años en la Zona Universitaria partidos a cara de perro? A sus años no ha olvidado que la celebración de un gol en según qué partidos equivale al pillaje y a la barbarie de los buenos soldados cuando ganan la guerra.
Pero claro, al Espanyol le dolió perder y acusa a Henry. Con su estrambótico gol, el 14, el hombre que hizo soñar a una generación y engañó a toda la culerada, se fue a la esquina y dio rienda suelta al demonio que lleva dentro: "Come on!! Come on!!", rugió. Puede que Dani y el resentido Pedro Tomás quieran convertir el fútbol en Wimbledon, pero se equivocan. El fútbol es grande porque desata pasiones y porque el escarnio al perdedor es legítimo y bienvenido.
El fútbol es esa locura capaz de hacer que esta Caverna perdone, aunque sólo sea por unos días, a Henry, el guerrero con pies de artista. El fútbol es ver a Henry arrasando a Zanetti como si fuera un alevín, adelantando a Carragher como un avión, es ver al hombre que tuvo lo mejor de Ronaldinho y lo mejor de Eto'o rozar la locura para celebrar un gol a su odiado Tottenham.
El fútbol es ver a Henry preguntando a la afición rival y al árbitro si con un hat trick tienen bastante. El fútbol es dejar un derby entre insultos: gràcies, Titi.
2 comentarios:
Potser durant els 30 segons després del gol, Henry es va sentir, per fi i del tot, blaugrana.
Tant de bo el comentari d'un savi d'aquest esport l'estiu passat davant del mar no sigui del tot veritat i Henry torni a ser el que era.
Por cierto, alguien sabe por qué se besó insistentemente la muñeca?
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