lunes, 1 de noviembre de 2010

'Waterboarding' sabatino

Ese pobre infeliz llamado Javi Varas, ese Romaric patidifuso e incluso su presidente imputado en la Malaya padecieron el sábado un tormento atroz. Una auténtica barbaridad siendo estos los tiempos del buenismo, en que hasta las actividades más crueles inventadas por el hombre están reguladas. Así lo prueban las sucesivas convenciones de Ginebra, que limitan la barbarie en la guerra, o manuales de tortura como el que editó la CIA sobre el waterboarding, en el que un oscuro funcionario explicita que más de 20 minutos en cada uso ya es vicio.
Más recientemente, en nuestra digna y ecologista Catalunya hemos asistido al debate sobre los correbous: tan asumido está que la cosa importuna al animalico que se procedió a poner límite a su sufrimiento: 60 minutos para el bou capllaçat, 15 para el bou al carrer y otros 15 para el embolat. El mensaje es claro: divirtámosnos y seamos crueles, pero con moderación, que Jahvé es amigo de castigar los excesos orgiásticos.
A la vista de todo lo anterior y después de la sanción de la UEFA a Pinto, bien harían Messi y compañía de prepararse para lo inevitable: los partidos del Barça, ese prolongado placer que el Marqués de Sade habría querido para sí, serán regulados. Lo más probable es que les prohíban las circulaciones de balón al primer toque, la presión en campo contrario o la coincidencia en el mismo once de Villa, Messi, Iniesta, Xavi, Busquets, Alves y Pedro.
O quién sabe si se conformarán con que los partidos del Barça terminen a los 20 minutos, el tiempo de un buen waterboarding.

3 comentarios:

Albert Martín Vidal dijo...

Y aún buscamos el fair-play...

http://www.sport.es/default.asp?idpublicacio_PK=44&idioma=CAS&idnoticia_PK=729431&idseccio_PK=803

gonzny dijo...

Mientras tanto, otros prohibiendo jugar a los cedidos...

http://www.alicanteactualidad.es/noticias-drenthe-admite-que-circulo-a-gran-velocidad-y-se-salto-semaforos-en-rojo-por-una-urgencia-medica_5213.html

Albert Martín Vidal dijo...

Creo que Drenthe está predestinado a acabar sus días protagonizando un 'reality show' donde las cámaras le seguirán de día y de noche, no sólo cuando se folle a alguna de las integrantes de su club de lagartas, sino incluso cuando concurra en amable coyunda con su señora.