miércoles, 29 de abril de 2009

Cuatro empates, dos títulos

Mientras el pánico ya ha cundido definitivamente en el hogar de esos culés ejemplares que son los Collado, esta Caverna se permite un ejercicio de pragmatismo. Si contamos el 2-2 de Mestalla y el 0-0 de esta noche grande, y especulamos con un empate en el Bernabéu y otro más en Stamford Bridge, obetenemos lo siguiente: en el momento crucial del año, cuatro empates nos valdrían para ganar un título (la Liga) y llegar a una final de Champions. Ni más ni menos.
De entre las cosas malas que se han visto esta noche, la peor es la lesión de Márquez, que no volverá a jugar en lo que queda de temporada. A esa pésima noticia se ha unido ese prodigio de ineptitud que es Puyol consiguiendo ver una amarilla que le impide estar en Londres (malo) y que encima garantiza su concurso en la finalísima.
De entre las cosas buenas, que Valdés ha evitado una tragedia, que Iniesta y Messi las han pedido todas -lo del argentino no es preocupante: a cada actuación discreta suya sigue un recital- y sobre todo, que éste no es el Chelsea de hace tres años -en que a cada contragolpe, con Duff, Cole, Robben, Cole, Drogba y hasta Guddy aquello parecía el fin del mundo- y ni siquiera es el United del año pasado. Cabe recordar que aquel Manchester, que nos eliminó tras otro 0-0 en el Camp Nou, ganó la Liga inglesa de forma arrolladora, mientras que los de Abramovich pueden estar contentos si aseguran la tercera posición.
Por último, un dato para la esperanza: los dos últimos títulos europeos del Barça (la Recopa del 97 y la Champions de 2006) llegaron tras empatar el partido de semifinales en el Camp Nou, contra Fiorentina (1-1) y Milan (0-0).
Lo de esta noche es un gran resultado. Pero mejores aún serían los dos próximos empates, con goles, por supuesto, dado que es imposible empatar a cero con una defensa integrada por Nuestro Heroico Capitán y el amigo Piqué.

domingo, 26 de abril de 2009

Es la guerra

"Sabéis lo que hay ahí, esperando, en esa playa? ¡La inmortalidad! ¡Tomadla, es vuestra!" (Troya, 2003)
La semana clave por fin ha llegado, con la puntualidad con que llega lo inevitable. Es 26 de abril y por delante quedan siete días para que el Barça mida realmente si está llamado a la gloria. Por delante, esa maquinaria de destrucción llamada Chelsea, armada a golpe de talonario y con los temibles Lampard, Terry, Drogba y Essien en su mejor momento del año. Después, el Madrí, esa secta que ha convertido su fanatismo su mejor arma para ganar y ganar.
No es a estos equipos a quienes el fútbol mide esta semana, sino a un Barça que lleva toda la temporada admirando al mundo por su juego, que tiene los mejores números de Europa pero que aún debe demostrar que sabe competir el día clave. Es la semana en que sabremos si la moral del vestuario es más sólida que la de la cobarde afición azulgrana, si Xavi, Iniesta y Messi creen de verdad en el triplete.
Es ahora, en esta batalla en tres actos, cuando desvelaremos el enigma: ¿Será recordado este Barça como una virguería maravillosa que estaba demasiado verde para vencer, o como un conjunto invencible, que en el año 2008-09 de nuestra era arrasó a todo el que se le puso por delante? Seria cuestión ésta, que requiere del mecanismo mediante el cual la humanidad ha dirimido hostóricamente las cuestiones de supervivencia. Llámenle fútbol, llámenle guerra.

jueves, 23 de abril de 2009

El artista del trapecio

"Hombre, si metiera todas las que fallo...". Con estas palabras y una sonrisa reaccionó Iniesta la primera vez que leyó en un periódico que estábamos ante el futuro Balón de Oro, que escondía en su físico frágil y refulgente al mejor jugador del mundo.
El ocho del Barça culminó en la noche del miércoles su mejor partido del año, con un golazo y tres asistencias pero sobre todo con una exhibición de esa técnica sigilosa e hipnótica que emplea para matar al rival. Viéndole, uno recuerda que tras su increíble exhibición en San Siro en el partido de ida de las semifinales de la Champions de 2006 que las crónicas le llamaban El Ángel Exterminador.
Su recital ante el Sevilla -no lo olvidemos, el tercer clasificado de la Liga- entusiasmó tanto a Golobart que hoy era explícito en su columna de La Vanguardia: "En cuanto a recursos y riqueza futbolística, hoy por hoy es el mejor jugador del mundo".
Su silencioso despliegue de talento recuerdo al del gran Zidane, un jugador que hacía comprender por sí mismo qué es aquel misterio insonsable que algunos llaman clase. ¿Qué demonios es la clase? Vean a Iniesta y respóndanse como hizo Bukowski: "Bueno, clase es algo que tú ves, sientes, más que definir. Puedes verlo también en los hombres, en los animales, lo ves en algunos artistas del trapecio cuando andan por la pista. Es algo en el andar, en los ademanes. Tienen algo dentro y fuera, pero es sobre todo dentro y eso hace el trabajo exterior".
Se preguntarán qué tiene dentro Iniesta. Fácil: un Balón de Oro.

martes, 21 de abril de 2009

Un rival colosal

En la Caverna se han oído esta noche muchos insultos despiadados a ese veterano artista llamado Casquero, que quiso emular a Panenka y fracasó. Dos minutos después, el Madrí culminó una de esas proezas que sólo ellos -junto a Juve, Bayern o Liverpool- pueden llevar a cabo.
Desde aquí mis disculpas al 22 del Getafe: seguro que en ese vestuario azulón han corrido muchas lágrimas esta noche, y no tiene la culpa de nada. Fue un pobre hombre que se interpuso en un duelo épico entre dos gigantes y fue aplastado. "Cuando dos elefantes se pelean, es la hierba la que sufre", dice el proverbio.
La noche ha constatado una vez más, a la espera de que el Barça reciba al Sevilla, que esta es una Liga fabulosa. Dos fuerzas increíbles se han desatado, y sólo puede ganar una. El Barça envidia el gen ganador del Madrid, el Madrid se asombra con el fútbol-arte azulgrana. Y así, como Merckx y Ocaña, como Steve Cram y Sebastian Coe, como Ali y Frazier, este duelo de colosos acabará en los libros de historia.
En esta noche de euforia castrada y depresión forzosa, el barcelonismo ha recordado que La Banda es el segundo equipo de su vida, el yang, tal vez el único rival digno de este Barça nuestro.

lunes, 20 de abril de 2009

La magnitud de la tragedia

La barbaridad que está llevando a cabo el Barça es tan grande que merece echar la vista atrás y confirmar que estamos, probablemente, ante la mejor temporada de la historia. Así lo acreditan los números de los equipos arriba indicados después de la jornada 30.
Todos estos conjuntos fueron campeones, levantaron estadios y protagonizaron años que, en su momento, parecían insuperables. Nadie ha alcanzado el nivel del de Guardiola, un equipo que aspira a romper la marca histórica de goles (106) y de puntos (92), ambos registros en posesión del Madrid de Toshack y el primero de Capello, respectivamente. Y lo hace con el mérito de estar en a final de Copa y en semifinales de Liga de Campeones.
A pesar de lo elocuente de los números, este Barça sigue sin haber ganado nada. Podría, incluso, acabar en blanco. Es esa cosa tan rara llamada fútbol: el mejor año de la historia del Barça podría convertirse en la tragedia azulgrana por excelencia.

viernes, 17 de abril de 2009

Asesinos natos

Quizá Miquel Tomàs, un pagès de Anglesola (Lleida) es aficionado al fútbol. Quién sabe si se va a dormir con una sonrisa en la boca en las noches en que el Barça machaca a un rival. Hasta puede que sea un fan empedernido de Messi, Eto'o y Henry.
Esta semana, sin embargo, ha sufrido en sus carnes lo que han sufrido este año gentes como los valencianistas, atléticos o sevillistas: una masacre. Resulta que el señor Tomàs tiene un rebaño de ovejas. O más bien tenía: en la última semana, tres perros salvajes que pululaban por la zona del Alt Urgell han devorado en una sola semana más de 100 de sus ovejas. Muchos animales murieron desangrados por mordeduras en la yugular. Otro montón murieron ahogados en un río cercano al que se arrojaron presas del pánico. Los tres perros -dos de una misma raza, el tercero de otra- eran asesinos natos. Ataques como éste ocurren cada año, pero las autoridades afirman que nunca habían sido tan sangrientos.
Cuando el mes de mayo asoma y llega la hora de las auténticas pasiones, es bueno recordar que el tridente ofensivo del Barça suma este año 85 goles y 33 asistencias. Un registro bestial que convierte a las defensas y porteros rivales en tiernas ovejas despavoridas. También es bueno saber que el bueno de Miquel Tomàs, siguió un reguero de sangre y cadáveres y encontró a los perros in fraganti el pasado día 14. Llamó a los Mossos, y acudieron tres patrullas de policías.
Acorralaron a los perros, que lejos de acobardarse, atacaron a los agentes. Fue su última decisión antes de caer abatidos. Llegan el Getafe, el Chelsea, el Madrid y el Sum Sum Korda. Mejor afrontar estos partidos con tres depredadores como los que tiene el Barça; pero siempre recordando que nunca sabes cuál será tu última oveja.

lunes, 13 de abril de 2009

La emboscada de Franck

Tras el 0-4 de la ida, sólo alguien como Ribéry podría convertir la vuelta de los cuartos de final en un duelo apasionante. Aunque Klinsmann ha declarado que sólo aspira a "caer con honor", todo el mundo en Munich sabe que en el Allianz se cuece una auténtica emboscada con el objetivo de devolver la humillación al Barça y asaltar las semifinales.
Los primeros en gestar el plan han sido los directivos del club bávaro, muchos de los cuales saben qué es ganar la Copa de Europa. Bastaba con ver a Hoeness en el banquillo del Camp Nou para comprender que se pasaría toda la semana pidiendo a gritos venganza en el vestuario. Rummenigge habló de "lección" del Barça y afirmó haber visto a Udo Lattek llorar. Y para Beckenbauer no sería la primera vez que derrota a Cruyff contra pronóstico.
La última vez que el Bayern tuvo que remontar contra un equipo español una eliminatoria de Champions, salió en tromba y ocurrió lo siguiente: http://www.youtube.com/watch?v=tFqOUIgZtP4. Entonces lograron su objetivo y comenzaron por donde conviene: por la fe. Esta rara convicción se encuentra unas veces en campañas mediáticas -recordemos la infausta y efectiva campaña del Juntos podemos, iniciada por Roncero, el diario As y el gran Ramón Calderón, que le quitó al abúlico equipo de Rijkaard su tercera Liga en beneficio de La Banda-, y otras en una rueda de prensa incendiaria, como de Schuster pidiendo que ardiera el Coliseum para remontar un 2-5 al Barça, cosa que, por cierto, funcionó.
En el Bayern, equipo serio, la fe nace de su líder, que fue el encargado de sembrar el terror este fin de semana: http://www.youtube.com/watch?v=rIYw33FVDhk, 50''. Era un mensaje dedicado a ese barcelonismo que aún tiene sudores fríos recordando Kaiserlaurtern.
Viendo a Franck, uno no puede sino estremecerse y recordar los palabras de Goethe en el prólogo de su Fausto: "Vosotros que otras veces me ayudasteis / en el apuro y la tribulación, / decidme, ¿qué esperáis de nuestra empresa / ahora, en estas tierras alemanas?".

jueves, 9 de abril de 2009

La pasión de Butt

Amigos germanos lectores de esta Caverna: dénle cariño al pobre Butt. Búsquenlo. Trasládense a Munich para confortarlo con buenas palabras, palmadas afectuosas, abrazos. Díganle que sea fuerte, que ya pasó. Que la vida sigue.
Porque lo que soportó este hombre anoche es una cosa muy fuerte. Muchos no se levantarían ya nunca, víctimas del shock. El síndrome de estrés postraumático es una cosa muy dura, en efecto. Los expertos cuentan que una de sus consecuencias es el insomnio, la angustia. La peor de todas, el conocido síndrome de debajo de las ruedas. Consiste en el minucioso y obsesivo repaso mental de las imágenes de la tragedia.
¿Y qué repordará Butt? Recordará lo que Ramon Besa acierta en definir como el "caudaloso fútbol" del Barça. Ese despliegue de recursos técnicos y tácticos, esa avalancha constante que llega desde todo el ancho del terreno de juego, como si de una carga de rohirrim se tratara. (http://www.youtube.com/watch?v=98MtWe2nCS4)
Recordará la motivación psicópata de gente como Messi, Eto'o, o Guardiola -ese ilustrado-, que querían más. Y la soledad de Toni o Ribéry, que al final del partido se tapaba la boca para decirle a Henry algo así: "¡Qué puede esperarse de nosotros con Van Bommel de titular! El año que viene juego aquí". Lo que lo que sufrió en sus carnes el pobre Butt en lenguaje policial, se llama agresión tumultuaria, en el porno, extreme bukkake, y en la Biblia, martirio.
En medio de semejante suplicio, tal vez Butt haya olvidado la increíble agresión de Henry. Vean de nuevo esa doble patada voladora en la boca (http://www.youtube.com/watch?v=xn1qAX2c_6E, 5'16") y piensen que lo que pateó el francés no era la mandíbula de un portero suplente, sino el orgullo de todo un Bayern.

miércoles, 8 de abril de 2009

Temible Bayern

En mis noches etílicas, el Bayern sigue siendo el equipo invencible de Beckenbauer. En mis noches de cerveza, Müller aún martillea a sus rivales en nombre de Bavaria. Poseído por la ginebra, Rummenigge sigue siendo el artista que se cambiaba el balón de pie a un velocidad asombrososa (http://www.youtube.com/watch?v=8ReAm9UTpGc&feature=related) en un equipo inmortal.
Sí, vuelve la Champions con el miedo a un equipo herido, humillado en su Liga. Vuelve el pavor, a pesar de que anoche, Tolstoi, que de haber nacido en nuestra época sería fan de Alves, Xavi y Messi, me susurró al oído lo siguiente: "Desde que el mundo es mundo, todo el mundo ha derrotado a los alemanes y ellos no han derrotado a nadie salvo a sí mismos".
Pero a pesar de eso, aquel ídolo de infancia que se llamaba Lineker dijo una vez lo siguiente: "El fútbol es un deporte en que juegan 11 contra 11 y siempre ganan los alemanes".
Dios se apiade de la inocencia mediterránea.

sábado, 4 de abril de 2009

Un culé de leyenda

Ni el verde es capaz de hermanar fútbol y golf, pura pasión y fría mente. Pero vamos a hablar hoy de uno de los culés más ilustres que hay en el mundo. Es Seve Ballesteros. La primera vez que oí su nombre, yo era un niño y fue en boca de mi hermano: blandía un palo de juguete, ejecutó el golpe sin bola y me rompió un diente. En cuanto conocí la historia de Seve, dejé de lamentarme por el diente perdido.
De Seve algunos sólo hemos conocido su ajado palmarés (ganó cinco másters, pero el último fue el 1988; desde entonces, todo fueron decepciones) y la leyenda de sus golpes imposibles, su espíritu de artista y su convicción en el poder de la mente. Se retiró a finales de 2006 y poco después moría su compañera en un accidente; se habló de una posible depresión. El pasado año se supo que tenía un tumor cerebral y fue operado. Esta semana ha vuelto a la vida y es bueno recordar la que tuvo.
El padre de Seve fue un humilde agricultor que también ejercía de jardinero del exclusivo Real Golf de Pedreña. Su madre pasó hambre, una mujer sufrida que nunca estrenaría los vestidos que su hijo le regaló cuando estaba en la cima, por reservarlos. El futuro campeón nunca estudió el bachillerato, consumido por una pasión: "Mi sueño era ser el mejor". La historia de cómo aprendió a jugar es legendaria. Era caddie en el club de golf, pero no le dejaban jugar. Por eso, en las noches de luna llena, saltaba el muro de piedra de su casa y se iba a la playa a jugar. "El palo era de arbusto, y a veces de avellano que metía mojado dentro de mi hierro roto para que se hinchara y fijara el palo". Seve siempre ha dicho que aquellas noches de luna llena en la playa, en las que hacía sus propios agujeros en la arena, son sus mejores recuerdos de la infancia. "De ahí pasé directamente a ser profesional", explicó en una entrevista al Magazine en 2008. Acabó siendo el más grande, y siempre mantuvo el mismo lema en lo personal y lo profesional: "Si tú crees en algo, lo sientes y lo visualizas, acabas consiguiéndolo".
Esta semana, en plena depresión barcelonista por el parón de las selecciones, y ante el momento decisivo de la temporada en tres competiciones, uno se alegró de que a Seve, que tanto sabe de triunfos y derrotas, eligiera al Barça. Así relató cómo fue su despertar tras su operación a vida o muerte: "Mi hermano Baldomero me ha contado que, al despertar de la anestesia de la primera operación, dije entre sueños «el Open Británico hay que ganarlo el sábado», aunque parece ser que mis primeras palabras fueron: «Yo siempre gano»".