miércoles, 5 de septiembre de 2012
Homilía fúnebre. Y un ataúd vacío.
Los futbolistas son ante todo mamíferos y, en tanto que tales, les está vedado el don de la resurrección. La obviedad viene a cuenta de lo que se ha encontrado Tito Vilanova este verano en su vestuario. Un buen número de jugadores clave se dejaron ir durante la pasada campaña, hartos de exprimirse y saciados de gloria. Contra toda lógica, siguen en ese vestuario. ¿Qué podemos esperar de ellos? O mejor dicho: ¿existe algún margen para el optimismo?
Echando la vista atrás, la conclusión es rotunda. Nope. No existen ejemplos de jugadores que después de haber triunfado desaparecerieran del mapa para regresar a lo grande. Sí hay casos de cracks que siguieron a su mejor nivel tras una lesión (Xavi, sin ir más lejos) pero no existen en absoluto cuando la caída de rendimiento se debió a los neones. A lo más que se llega en estos casos es a ofrecer un nivel digno, aunque inferior al que les llevó a la gloria, en otros equipos -Rivaldo, Henry, etc-.
Existen casos de jóvenes estrellas que nada más comenzar se descarrianon pero consiguieron reconducir su nivel para llegar después a lo más alto: es el caso de Raúl o el de Mami. Ambos tuvieron la suerte de que eso les ocurriera antes de triunfar de manera incontestable. Pero lo habitual cuando un futbolista triunfa para entregarse a la dolce vita es que se convierta en una caricatura de lo que fue, en una perfecta máquina de provocar frustración propia y ajena como Adriano o Mendieta.
Y eso, amigos, nos lleva a celebrar cuanto antes una homilía fúnebre por Piqué y Sex, que tuvieron la desgracia de cumplir el sueño de su vida profesional. El primero dio dos Champions al club que le vio crecer. El segundo logró el asombroso éxito de estafarle tres veces. Pero señores, no encarguen aún esa tercera corona de flores porque la teoría se tambalea. ¿Han visto cómo ha empezado la temporada nuestro milagrero canario? ¿Le han visto presionar con los brazos en modo Arale? ¿Le han visto asesinar los espacios con esos desmarques malévolos? Sólo han pasado tres semanas, pero si los ojos no nos engañan, Pedro está camino de superar su mayor milagro: se ríe de su dulce muerte y regresa desde el más allá.
Amén.
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lunes, 3 de septiembre de 2012
Dioses y villanos
La victoria de La Banda en la Supercopa el pasado miércoles debería haber abierto algún tipo de reflexión profunda sobre la salud de este Barça colosal, sobre la ambición de unos y otros. Podría haber provocado un nuevo debate sobre el cambio de ciclo -de las últimas cuatro competiciones en que se han encontrado unos y otros cara a cara, La Banda se llevó el título en dos-, o sobre la fragilidad del Barça sin Abidal, o en la necesidad de rejuvenecer a una plantilla plagada de héroes multilaureados.
Nada de eso apareció en los medios serios. Nada se escuchó en los bares. A las 24 horas, el debate ya era otro. Las tertulias volvían a sacar punta al patético personaje en que se ha convertido ese fenómeno llamado CR Ceja. Y de alguna manera, el mundo siguió igual: en el imaginario colectivo planetario, el Barcelona sigue siendo el monumento al que hay que derribar, el gran favorito a todo, la referencia. Y los otros seguían siendo el Atlético Puerto Urraco.
Y ello nos lleva a una reflexión. Los aficionados a este deporte no sólo lo son por disfrutar de los caños, los goles de volea, los tacones o los árbitros que resbalan. No sólo les atraen los insólitos caprichos del balón, los gritos, las derrotas. En este deporte absurdo también se busca otra cosa más profunda que tiene que ver con construcciones culturales milenarias. Mitos. Héroes. Villanos. Arquetipos. No se crean que eso se produce tan sólo en futboleros doctos y apolillados. No. Eso le ocurre a Toñín el Torero y al imbécil de la barretina del Camp Nou.
Esto explica que a nadie le preocupe que el mejor equipo que seguramente verán jamás se deje tantos títulos por la cuneta últimamente: han encontrado en este Barça lo que han buscado desde niños en la Disney, en compañía de los Grimm, o de Tolkien, o de los clásicos. Messi, Xavi, Iniesta, Busquets. Héroes y dioses. Paraísos y edenes. Han encontrado también villanos perfectos, réplicas de Caín, execrencias de la naturaleza en esa miseria balompédica y humana que es La Banda de los Portugueses. Mourinho. Karanka. El Tito Flo. Roncero. CR Ceja, Pepe, Marcelo, Coentrao.
Fanatismos al margen, el mundo del balón ya ha elegido: tal vez nunca se había encontrado con una representación tan exacta del Bien y el Mal. Para desgracia del pueblo culé, los futbolistas tienen un olfato privilegiado para distinguir la genuina admiración de la gente; y así Piqué o Sex saben perfectamente que juegan en el mejor equipo del mundo aunque sus actuaciones sean dignas de La Pobla de Mafumet. Esa certeza de saberse en el Olimpo, ese legítimo endiosamiento, se ha convertido una vía de agua para el equipo de Tito. Porque como decíamos, el fútbol tiene dos universos, y en el otro el balón sigue girando, y vale agarrar, escupir y mentar a la hermana, competir, alzar el título. Y ahí gana La Banda, que sabe lo que es el hambre. De ese fútbol dan cumplida cuenta As, Marca, Punto Pelota y el apartado de "Palmarés" de la Wikipedia. Del otro hablarán nuestros venideros monólogos como ancianos de memoria arrasada, cuando ya no podamos lamentarnos de toda la plata que nos dejamos por el camino.
jueves, 30 de agosto de 2012
Agujero negro
Tito y Zubi se han empeñado en que me repita. Sea, pues. Lo que sigue no es autobombo, amigos, es masoquismo, la pura constatación de que a esta poza inmunda no se asoma jamás nadie que gobierne nuestros corazones. Y de que en las competiciones del KO no tenemos defensas capaces de contener a equipos pergeñados para lanzar ocho ataques por partido. Si no solventamos este agujero negro, no bastará con haber recuperado el hambre.
14 de septiembre de 2011: "Es 14 de septiembre y el Barça ya ha encajado dos o más goles en cuatro partidos oficiales. Exactamente las mismas veces que en toda la pasada temporada". Una lección.
6 de noviembre de 2011: "...la ineptitud puntual de nuestra defensa, principal responsable de que el que tal vez es el mejor equipo de la historia, con el mejor jugador de siempre, motivado y hambriento, esté tres puntos por detrás de La Banda de los Altintops". La conspiración.
24 de noviembre de 2011: "Efectivamente, pocas veces en la historia del fútbol ocho hombres ganaron a 14: los 11 rossoneri más Puyol, Mascherano y Abidal. Ya comentamos esta pesadilla defensiva (...)". 8 contra 14.
28 de enero de 2012: "El Barça es segundo y para muchos no es favorito a ganar la Liga. Básicamente por dos razones: por la lógica falta de motivación para jugar en estadios de segundo nivel y por el lamentable nivel de la defensa". Messi contra Piqué.
29 de mayo de 2012: "No cuesta imaginar a Sergi Barjuan sonriendo satisfecho a lo largo de toda la campaña, admirado ante el horror perpetrado semana tras semana por la defensa de este equipo histórico". Barjuan se sentiría orgulloso.
1 de junio de 2012: "(...) no es de recibo que uno acabe la temporada pensando que tíos como Lanzaro del Zaragoza, Ballesteros del Levante o Mariah Carey, del Bigardas United, serían titulares indiscutibles en esta horrenda defensa". Las notas (I). Can Pixa.
martes, 28 de agosto de 2012
Síntomas
En agosto de 2011, La Banda arrolló al Barça en el primer partido de la Supercopa. Los Quincazos también exhibieron agresividad, ambición y tono físico en el Camp Nou; sólo el talento sobrehumano de Messi impidió que ganaran ese título. Pero su dinámica era temible. En la jornada dos de Liga ya llevaban diez goles y eran líderes. La cosa, ya saben, acabó en récord y título.
Un año más tarde, ya lo ven. La Banda sale al Camp Nou gallinácea y raquítica. Tiene potra, pero muestra un nivel ínfimo. Tal vez gane esta Supercopa a lomos del politraumatizado Averno, del genuino olor a metal fresco. Pero su nivel no es el que era. Ya tienen una Copa y una Liga y sólo darán ese plus de capacidad de sufrimiento que se requieren para ganar en Europa. Por supuesto que se hinchará a ganar un montón de domingos consecutivos, pero no engañan a nadie. La sobreexcitación y el hambre se quedaron en Cibeles y sólo volverán con los acordes de Händel.
En pleno agosto hay cosas que se intuyen. Si este Barça mejora su nivel defensivo hasta lo que podría considerarse simplemente Flojo (escalando desde las profundidades de Grotesco, Patético, Lamentable y Bochornoso) esta Liga no se escapará. Puede que estas conclusiones les parezcan precipitadas. Pero no olviden que ya hemos visto al equipo remontarle un 0-1 a La Banda -lo que demuestra fe- y de ganar un partido que hace un año habríamos perdido sí o sí -lo que demuestra hambre-. Hace un año ya en la segunda jornada pinchamos prematuramente un partido fácil en Anoeta.
Europa será este año el reto. Pero la Liga, amigos, bien podemos ganarla a 12 jornadas para el final.
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viernes, 24 de agosto de 2012
Vive tu propia aventura
*Si quieres repasar el partido, pasa al párrafo 1.
*Si quieres desfogarte contra el juego sucio de los Quincazos, pasa al párrafo 2.*Si necesitas renegar de la defensa del Barça, pasa al párrafo 3.
*Si crees haber visto a un equipo aterrorizado sobre el césped, pasa al párrafo 4.
*Si quieres refocilarte con el juego azulgrana, pasa al párrafo 5.
*Si tienes la impresión de haber visto a Nureyev vestido de azulgrana, pasa al párrafo 6.
Un partido de verano. Posesión 69% a 31%, 22 chutes a Casillas por nueve a Valdés. Lo de siempre. Superado el accidente emocional de mayo del pasado año, la superioridad de unos sobre otros sigue siendo incontestable. Pero amigos, éste es un juego caprichoso y absurdo que dominan los detalles, de ahí el 3-2 final.
Odiar. Una sombra ha visitado esta noche el Camp Nou. La concentración de guiris y palangres que asistió al Templo se ha llevado una mayúscula sorpresa: la delincuencia de los Quincazos es aún más notable en vivo. A cada acción y a cada contacto, el Mal se hace visible, se huele, se toca. El horror, el horror.
Algunos hombres malos. Ha pasado un verano, han volado otros 35 millones y el Barça sigue en manos de una defensa frágil, que no domina los espacios, que se harta de dar regalos, que lo fía todo a acciones milagrosas y que es incapaz de concentrarse. Una defensa, en definitiva, que sigue huérfana de ese superhéroe llamado Abidal. A la grotesca orgía de los centrales se unió ayer Valdés, patrón de bate. Lo suyo es preocupante: en un año entero sólo ha sido decisivo en dos partidos importantes. En ambas ocasiones regaló tantos a la Fundación Khedira.
El trauma. Qué gran consuelo saber que la próxima semana volvemos al Bernabéu. ¿Imaginan que cada partido fuera contra ellos? ¿Cada miércoles y domingo? ¿Sabi contra Iniesta día sí y día también? Qué placer incomparable poder demostrar victoria a victoria y pared a pared que esta Banda es un Sestao de multimillionarios, un equipo cobarde, un equipo cuya psique sigue atrapada en el 29 de noviembre de 2010. Sus patadas, sus contras y su esfuerzo a duras penas disimulan la pura verdad absoluta: el de Mourinho un equipo traumatizado que sólo quiere una cosa: que el partido acabe cuanto antes, irse a la cama y sonreír porque no le han metido cinco ni seis.
Fútbol. El monumento al fútbol que son Busquets, Xavi, Iniesta y Messi es emocionante. Cada semana dejan arte, y cada semana nos recuerdan que un día nos moriremos o, peor, que un día se retirarán. Cuando juegan ellos, el mundo se para. Y hasta un deporte tan demencial como el fútbol calla y asiente.
Y el genio. Iniesta dormitó una parte entera y acabó desfondado. Pero levitó durante 20 minutos. Ingravidez y vértigo. Qué crueldad es para Zidane que el fútbol haya dado con su mímesis tan pronto. Ya nadie le recuerda. Ahora el balón es del Ángel Exterminador.
miércoles, 22 de agosto de 2012
Pablo contra Pablo
"Me llamo Pablo, ¿qué hago aquí?"
Pepe, 19 de agosto de 2012
La conmoción de Pepe y su consiguiente transmigración anímica son la perfecta metáfora de la extraña situación que afronta el barcelonismo ante un nuevo duelo contra El Mal. Tras humillaciones históricas como el 2-6 o el 5-0, tras siete visitas victoriosas consecutivas al Averno, tras frustrar al eterno rival en 13 de los últimos 14 choques, La Banda cazó la última Liga en el mismísimo Camp Nou. Papá, me llamo Pablo y soy cuidador de ovejas.
El triunfo liguero del ejército de Mourinho fue merecido e incontestable. Y precisamente por ello nuestra turbación es mayor. La Fundación Khedira. Marcelo y Sabi y Arbeloa. Ese 4-2-3-1 parido para contraatacar, ese equipo cobarde en las grandes citas, ese homenaje al Sestao. Eso ganó. Mamá, me llamo Pablo y por las noches pinto farolas.
Y si uno observa quiénes perdieron esa Liga, quiénes jugarán como visitantes esta Supercopa, el desconcierto es aún mayor. La Bestia Parda en su mejor año, en el año que ni un loco habría soñado, pierde. Busquets pierde. El mejor centro del campo que vieron los tiempos pierde. Todos derrotados por un puñado de velocistas cuya misión es tirar ocho sprints por partido. Tete, me llamo Pablo y me voy con Yuri Gagarin.
En la noche de mañana, con tanta pasión y un título en juego, será difícil medir el hambre de un vestuario saciado que pilló en cuatro años lo que otros grandes pillan en 30. Pero vendrá bien para intuir cómo anda de espíritu colectivo y capacidad de sufrimiento.
Pero ante todo, el choque servirá para ver qué nos depara la vida tras el piano que nos cayó en la cabeza en abril. Apuesten a que el mundo seguirá igual. Pablo volverá a ser el mejor defensa del mundo, volverá a perder y volverá a conducirse como un carnicero descerebrado. Y el Barça, si tiene bien presente ese monumental chichón, volverá a ser el Barça. Que Dios nos ampare a todos.
sábado, 18 de agosto de 2012
Fútbol Club Messi
21.00 horas y juega Messi con tres puntos en juego. Exactamente: por fin la felicidad para ese monstruo competitivo y para esa legión de seguidores que ha penado, abúlica y ojerosa, durante la orfandad estival. Para regocijo de todos, la previsible demolición de la Real Sociedad marcará también el comienzo de otro asunto más trascendental: el del Fútbol Club Messi.
En efecto, con el adiós de Guardiola ha habido un traspaso de poderes ordenado, civilizado y conveniente que ha acabado del siguiente modo: ahora quien tiene la última palabra en las decisiones clave es La Bestia Parda. Por supuesto que la directiva tiene sus competencias, y que Tito, el sabio estratega de la era Guardiola, es quien hace las alineaciones, quien entierra la defensa de tres y el que elige qué proyecto solidario arrancamos este verano en el Emirates Stadium. Pero las decisiones se llevan a cabo si y sólo si a Messi no le "enojan" ni le "calientan", del mismo modo que antes el club entero contenía la respiración entorno a la furia encorbatada de Guardiola. La jerarquía del mejor jugador que veremos jamás comienza a ser acorde a su talento y nadie debería preocuparse: el Messi de La Banda es un futbolista frustrado llamado Mourinho; el del United, el anciano Ferguson; el del Chelsea, el analfabeto balompédico de Abramovich.
Aunque a muchos nos habría tranquilizado ver una lista de bajas con nombres como Alves, Piqué o Villa antes de empezar la temporada, hay motivos para el optimismo. El primero de ellos es que Los Quincazos vienen de ganar una Liga y su pulsión competitiva caerá, si no en los grandes choques, sí en los campos humildes. El conjunto más canallesco que han conocido los tiempos sigue obsesionado con La Décima y el Barça debería sacar provecho de ello para volver a la normalidad de ganar el título doméstico. Además, La Bestia Parda y compañía han asumido que el pasado año dejaron escapar los grandes títulos por su (lógica) falta de tensión, y quién sabe si eso les haya hecho meditar sobre la necesidad de arrinconar a los moc-mocs.
Pero olvídenlo todo y sonrían. El fútbol ha vuelto: a las 21.00 horas juega Messi con tres puntos en juego.
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sábado, 11 de agosto de 2012
Autocrítica
Una de las pocas cosas buenas de este verano horrendo ha sido recordar el demoledor poder corrosivo de la autocomplaciencia. Fue posible gracias a una entrevista a Bojan en RAC1. Pocas dudas nos quedaban de que en el caso de este nueve, la falta de exigencia hacia sí mismo y la tendencia a culpar al universo de sus propias carencias le cavaron la tumba deportiva. "Ha estat un gran any, potser ens ha faltat una mica de sort en moments concrets", repitió una y otra vez el futbolista, escupiendo olímpicamente a la verdad.
La falta de autocrítica en un deportista es siempre un síntoma inequívoco de que la autocomplaciencia ya ha hecho estragos en el infeliz. Por eso nos ha sorprendido enormemente leer hoy en dos diarios deportivos que "Cesc hace autocrítica". Recordemos que hablamos de un tío que se largó de juvenil gratis y volvió al club costando 40 millones. Del mismo futbolista que se plantó a mitad de temporada con 14 goles, optó por una prejubilación precoz y acabó el año con 15.
Pues bien, repasando las declaraciones del demócrata, uno concluye que la autocrítica no es tal, o por lo menos, no es completa: "Me estanqué un poco, traté de ser un poco como ellos, pero yo no soy ni Xavi, ni Iniesta, ni Thiago". Y asume: "Tengo que volver a esa anarquía que me hace falta para sentirme cómodo". ¿Y por qué cambió? La respuesta es inquietante: "Me influenció mucho la opinión de la gente y lo que quería el entrenador de mí". Como lo oyen: la culpa es de Guardiola. Si nos apuran, la culpa es de Xavi e Iniesta, que son una mala influencia.
Seguramente, la intención de Sex era ayer la de entonar un mea culpa sincero. Pero tan poco acostumbrados a ello están los profesionales del fútbol, felices en la omertà, y especialmente los cínicos en los que enmarcamos a nuestros queridos moc-mocs, que a Sex le traicionó el inconsciente. Si su nivel de exigencia no cambia, escuchen mi profecía: en un par de años le tendrán en la Ser explicando que su año en el Bolton ha sido bueno a pesar de las suplencias, que está muy satisfecho a nivel personal. Y por supuesto, que, a su equipo, descendido, le faltó suerte, en momentos puntuales.
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