jueves, 30 de septiembre de 2010

Elogio de la claustrofobia

Un gallego de afilada lengua ha clamado hoy contra lo que él denomina "Ruin Kazan" y me ha hecho pensar en algunas cosas. La primera, que como bien dijo Guardiola, hay mil formas válidas de jugar a fútbol y no todas pasan por mezclar foie y caviar en el marmitaco del abuelo Darth. Los rusos, defendiendo con el machete entre los dientes, han dejado a este Barça sin victoria en tres choques seguidos y la cosa merece un respeto, sobre todo teniendo en cuenta que ni uno solo de sus jugadores tiene nivel Barça.
El empate tiene un aspecto positivo como síntoma: de los diez últimos partidos europeos que la filharmónica ha jugado como visitante, sólo ha ganado uno. Una estadística tremenda que dignifican algo el pobre Gamper y que bien podrían rebajar las ínfulas culés. Más aún después de comprobar que Pedro, la Potra sobre la que edificaré mi iglesia, no es infalible.
El empate llegó, además, en una noche en que se conoció el fallecimiento de Manchón, mítico integrante de la delantera del Barça de les Cinc Copes y que ha pasado a la historia de la mano del absurdo: la célebre delantera de aquel equipo la integraban Basora, César, Kubala, Moreno y Vila, pero Serrat eligió para su canción al ayer difunto porque encajaba mejor en su rima.
La vida, como el fútbol, es absurda y caprichosa y todo vale para ser recordado. ¿Quién puede reprochar al Kazan que se defendiera con desesperación? ¿Acaso tienen claustrofobia? Pues vayan acostumbrándose: acabaremos todos en una caja.

domingo, 26 de septiembre de 2010

¿Es posible?

Cuatro jornadas y el debate filosófico ya está en las calles. ¿Es posible odiar más a este Madriz? Las formas prepotentes y las compras millonarias del tito Floren ya le situaron como un equipo odiado a nivel de los grandes clubes europeos. Pero en España, ese país en la cresta, el odio tardó en calar.
La mafia de José Mendes, con Cejas Redepiladas a la cabeza, ha hecho mucho. Pero lo de Mourinho parece broma, es un enviado del Señor para sembrar el mundo de antimadridismo. Meterse con el Sporting de Gijón o el Levante da la justa medida de lo que es hoy La Banda. Nuestra dicha no acaba aquí: la sobreexcitación de Mourinho, siempre calculada, responde a algo muy concreto. Tal vez a que intuye que le esperan meses duros, porque su equipo juega poco y de manera distinta al año pasado, que le costará reencontrar las rachas triunfales de Pellegrini. Su antídoto, pelearse con el mundo y sembrar de excusas los medios oficiales del analfabetismo blanco -ya saben, el As del villarato y el increíble Marca de los delirios-.
Honestamente, esta gente ha caído muy abajo y resulta difícil imaginar cómo podrían ser más odiosos. Pero si Floren quiere, desde aquí unas ideas:
-Nombrar a Aznar como su delfín y sucesor.
-Rebautizar como estadio Guruceta al Bernabéu.
-Hacer a Figo delegado.
-Imprimir el jeto de Juanito en las camisetas.
-Hacer directivo responsable de relaciones externas a Ochaíta, ese demócrata.
-Colocar a Tomás Roncero como nuevo jefe de prensa.
-Ceder el vestuario para las reuniones del TC.
Si estos consejos le parecieran al Ser Superior demasiado audaces, que por lo menos se digne mantener a Mourinho unos meses más en el cargo. Estaremos eternamente agradecidos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Edipo lleva el siete

Ustedes podrán decir que no tiene mayor misterio que un delantero marque goles. Efectivamente, los goleadores anotan, los centrales despejan, los laterales suben y bajan, los medios organizan, Puyol daña las córneas. Ninguna novedad.
Pero discúlpenme, cuando un gol anodino lo hace un ariete que se enfrenta al equipo donde creció, donde se hizo hombre, la cosa cambia, se convierte en algo más profundo. Huele a venganza y a brindis por los buenos tiempos. A revolcón de despedida con aquella ex que no nos entendió.
Si además resulta que el vengador es Villa, perdonen, pero ya merece la pena el bodrio entero sólo para ver el gol con detenimiento. Cuando arranca, cuando espera el balón, ya sabe cómo acabará todo. Cuando se queda solo ante el portero, levanta la cabeza, pero no lo hace buscando a quién asistir, sino asegurándose de que está solo frente a su pasado, frente a Quini y Luis Enrique y cualquiera que quiera su trono.
Nuestro asesino actuó anoche. Tras el crimen, Edipo torció una sonrisa. Ya saben, el que una vez tuvo que ser sincero con sus propias hijas: "Vuestro padre ha matado a su padre y ha sembrado en la que le parió".
Fue un 1-0. Quedó un bonito cadáver.

lunes, 20 de septiembre de 2010

El falso martirio

"En un solo relicario, el que hay debajo de la columna de pórfido en el foro de Constantino, se guardaban los santos clavos de la crucifixión, el hacha con que Noé construyó el arca y el dodekathronon, los doce cestos en que se recogieron los panes y los peces que sobraron después de alimentar a cinco mil personas, y que había redescubierto milagrosamente la emperatriz Helena cerca del Mar de Galilea. En otros lugares de la ciudad podían encontrarse la corona de espinas, la cabeza de Juan Bautista (con cabello y barba, según una fuente), los cuerpos de casi todos los inocentes asesinados por el rey Herodes y grandes trozos de la verdadera Cruz".

Desde el monte santo, William Dalrymple

Con estas palabras describe este muy recomendable libro la sublimación de la mercadotecnia religiosa que se vivía en Constantinopla allá por el siglo VI. El cristianismo era entonces imperante, incuestionable, un dogma. Ustedes me sabrán perdonar, pero saco esto a colación tras la cascada de críticas, insultos e indignadas soflamas por el juego limpio y contra Ujfalusi que se han sucedido en las últimas horas.

De un tiempo a esta parte se ha impuesto en la España mojigata y bienpensante la insólita idea de que el fútbol de alta competición debe ejercer de complemento a los colegios, la Biblia y la Formación del Espíritu Nacional. Se repite que el fútbol de Primera debe dar ejemplo y valores a los niños, como si los jugadores no usaran tacos, como si les hubieran lijado los codos y cortado las lenguas. Esta nueva Constantinopla repudia los escupitajos, censura los insultos y pide pena capital contra las entradas duras.

El fútbol nunca fue eso. Este deporte es un simulacro bélico en que los profesionales juegan para ganar, no para agradar al Dalai Lama ni para complacer a las Hermanitas de la Caridad.

Pero bajemos a los fangos y comentemos la escena del crimen. La entrada fue abajo, sobre el pie. Si llega a ser cinco centímetros más arriba, le rompe el peroné. Pero fue abajo, sinónimo inequívoco de que una entrada es noble o, cuanto menos, de que no es un intento de asesinato. Bien puede interpretarse que Ujfalusi, retratado cada vez que ha jugado en los dos últimos años contra el Barça, llegó tarde. Lo mismo le pasó en esta ocasión, en que cometió penalti sobre la Bestia Parda. El caso es que el tronco checo, que se ha disculpado, vio la roja, cosa justa y castigo suficiente.

Hagamos aún una última lectura sobre esta acción fortuita de este deporte de contacto que tan poco se parece al ajedrez o al tenis: en las dos últimas temporadas, Messi le ha hecho al Pateti un buen puñado de hijoputeces: forzó un penalti y le metió siete goles. ¿No basta con esa venganza?

Nuestra Bestia Parda estará 15 días de baja, sí. Un atentado al fútbol, sí. Pero no lloren, no se rasguen las vestiduras. Tampoco se rebajen rebuscando entre las reliquias de Constantinopla el tobillo de Messi. Dejen, mejor, que sea él quien clame al cielo. Lo hará con el balón en los pies en el partido de vuelta. Promete ser apocalíptico.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Misterios insondables

"No sé cómo te puede gustar el fútbol", me dicen a nueve horas de diferencia horaria después del enésimo churro blanco. No es la única cuestión trascendental de la noche.
¿Cómo en la Premier se logran horrores tan genuinos?
¿Por qué desde siempre nos cayó bien la Real?
¿Uniría el odio a CR7 a toda la humanidad?
¿El desprecio a Tamudo es tan incurable como el ébola?
¿De verdad alguien piensa que el Barça no quiere vengarse de la farsa atlética?
Creo recordar que he mentido cuando trataba de explicar mi parafilia. Quisiera aclarar que me gusta el fútbol porque en un rato juega Messi.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

El Gamper ya no es lo que era

Aplaudí con fruición durante la hora y media de masacre e hice un poco de memoria. Una vez más, un recital extraordinario en el campo, una vez más, una absoluta falta de vértigo competitivo en la grada. Estas fases de grupos son un fraude en que el riesgo de eliminación es prácticamente cero siempre y cuando uno no esté en el Grupo de la Muerte de turno (donde este año, por primera vez en la historia, estará La Banda).
Ustedes ya sabrán que sólo en tres ocasiones el Barça palmó a estas alturas (97-98, 98-99, 00-01). Pero desde que Núñez y su heredero se fueron, el Barça ha jugado ya 19 partidos en casa en estas liguillas infames; ganó 14, empató tres y perdió dos, pero las derrotas nunca fueron decisivas; en total, 51 goles a favor y 14 en contra. Por eso propongo que desde ya nos refiramos al Gamper 2.0 cuando nos toque hablar de esta fase.
Varios detalles acreditan que en ningún momento dudó nadie de la paliza:
1) Al marcar Govou, el Camp Nou animó. Insólito.
2) En ese mismo instante, la cara del entrenador griego era la del pánico a las represalias.
3) Boumsong, un gran demócrata, tuvo a bien insultar a la Bestia Parda.
Pero sin duda, lo mejor de la pachanga fue esto: observen, en pleno himno händeliano, cuando a los sensibles se les pone la piel de gallina, la actitud de Messi.
En definitiva: estaba cantado, a estas alturas todo el mundo sabe ya que el Gamper es un paseo.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Lo que la 'caipirinha' nos dejó

Y precisamente hoy había transcrito estas palabras de McCarthy: "Tú piensas que cuando te despiertas por la mañana el ayer ya no cuenta. Pero es todo lo que cuenta realmente". Y sí, hoy Diada Nacional de Catalunya conviene recordar algunas cosas:
1. Derrotas.
2. Anécdotas (Olé doña Josefa la del Puerto de Santa María: por su culpa conozco a dos quinielistas ocasionales que siempre dan vencedor al Macho Hércules).
5. Resacones lejanos.
6. Resacones recientes.
Hasta aquí el sermón. Es simple de comprender pero habrá que ver si Xavi, Piqué y compañía se aplican a recordar que en fútbol el que no lo da todo no gana. Tan fácil como mirar al pasado.

domingo, 5 de septiembre de 2010

El guardián del manicomio

¿Es posible fiar todas nuestras dudas existenciales en lo que a fútbol respecta a un sólo libro? ¿Existe un equivalente balompédico a la Biblia, el Corán o el Torá? Más aún: ¿hay algo parecido al I Ching que podamos utilizar los futboleros para resolver nuestras preocupaciones cotidianas? La respuesta, señoras y señores, es un rotundo sí.

Este foro tiene la suerte de ser leído desde China, desde donde dos intrépidos reporteros aportan alimento espiritual habida cuenta de que con Poli Rincón no alcanza. Hace unas semanas me trajeron del Lejano Oriente Fiebre en las gradas, un desternillante recorrido por la pasión futbolera del muy gunner y demente señor Nick Hornby. En esas páginas he encontrado muchas carcajadas y mucha luz (y he comprendido, además, que hay libros que no deberían leerse a riesgo de poner un punto y final a la propia trayectoria como escritor, pero ésa es otra historia).

Lo principal de Hornby -desde aquí pueden acceder a su blog- es que desciende a los abismos de la locura balompédica y lo hace con inteligencia y humor. Prometo recurrir a él en el futuro para resolver mis crisis futbolísticas y les recomiendo que hagan lo propio. Un ejemplo: en esta semana de lamentable parón por culpa de las selecciones le he preguntado a Hornby si es normal que la visión de Del Bosque y de mis chavales enfundados en chándales que no son azulgrana me provoque irritación, mareos y jaqueca. Y el sabio ha hablado así.

"A los obsesos les está negada toda clase de perspectiva sobre su propia pasión". ¡Cierto!

"La verdad es así de simple: durante largos ratos de un día normal y corriente, soy un perfecto idiota". Así es: cuando la novia pregunta "en qué piensas", tú no puedes responder "añoro a Messi recibiendo de Xavi".

"Las ambigüedades llegarían con el paso del tiempo: cuando cumplí 16 o 17 años, ya sabía de fútbol más que el seleccionador nacional". No es mi seleccionador, pero por supuesto que sé más que el Guardia Civil.

"Después del partido contra el Swindon, había descubierto que la lealtad, al menos en términos futbolísticos, no era objeto de una elección moral, tal como pudieran serlo la valentía o la amabilidad, sino que era más bien como una verruga o una joroba, es decir, algo con lo que uno ha de convivir sin remedio". Muy cierto: nuestro Swindon fueron Berna, Sevilla, Gaspart o el tamudazo: uno quisiera quitarse, pero no puede, del amor por su club.

"El estado natural del hincha futbolero es de una amarga desilusión, al margen del resultado del marcador". Cierto, sobre todo cuando Villar nos priva de nuestro equipo.

"Soy hincha, no tengo el deber de acatar la disciplina moral". Gracias, y por eso seguiré odiando a la Selección a pesar de la mojigatería y el discurso único nacional.

Amigos, Hornby viene para quedarse, ya verán como acaban siendo grandes amigos. Para algo es el guardián del manicomio.

sábado, 4 de septiembre de 2010

El premio

Ha tenido que ser un hombre del temple y prudencia de Robinho el que ponga un poco de orden en el debate del Balón de Oro FIFA. Una vez se han unido dos premios que sus organizadores se empeñan en denigrar (unos y otros), han comenzado las alucinantes campañas que suelen precederlo. Estos premios se han concedido históricamente al mejor jugador del año, una condición que solía acompañar a jugadores que habían hecho grandes temporadas en lo individual y que habían encontrado el éxito en sus equipos conquistando títulos. Pero año tras año, aparecen candidatos que sonrojan.
Ahí está Forlán, que ha conquistado dos competiciones menores como son la Europa League (recuerden que sus finalistas, el pasado año, eran el noveno de España contra el 12º inglés) y la extemporánea Supercopa de Europa. Cierto es que fue el goleador de Uruguay en el enorme Mundial que hicieron los charrúas, pero con el Balón de Oro del Mundial ya podía darse con un canto en los dientes. Ya se sabe que la sinrazón de los periodistas atléticos es infinita.
El otro depredador que ha sonado es el gran Diego Milito, que completó un final de temporada asombroso para ningunear a Eto'o y ser fundamental en todos los títulos del Inter. Acabó la temporada con 30 golazos y fue la clave del triplete nerazzurro. Sin embargo, su papel en el Mundial fue tristísimo: quedó relegado al banquillo y nos recordó que no deja de ser un matador que estuvo en el lugar adecuado. (Recordemos que animales como Hugo Sánchez, Jardel o Polster no aspiraron jamás a ganar otra cosa que la Bota de Oro, y que tampoco suertudos reincidentes como Pedro optan al máximo trofeo individual que hay en el mundo).
La vía interista la completa Sneijder, favorito de Mourinho, que ha completado un gran año haciendo lo que sabe: repartir palos y pegar pepinazos acompañado de una pertinaz potra. A pesar de que su candidatura es lógica habida cuenta a los títulos que ha ganado y del dorsal con que lo ha hecho, verle con el Balón de Oro puede causar daños irreparables en cientos de miles de córneas inocentes.
Volvamos a Robinho, ese filósofo. Pidió que sea para Iniesta (que marcó un gol en todo el año con su club), para Xavi (que estuvo un peldañito por debajo que en 2009) o para Messi, que cuajó una temporada sideral y ganó cuatro títulos pero se fue del Mundial sin marcar. Pedir seriedad a los corresponsales de France Football o a la FIFA, que en el pasado ya fue acusada de alterar votos, resulta absurdo. Pero para hacer el ridículo lo mínimo posible, una recomendación: que antes de votar se pregunten a qué jugador habrían querido tener en las filas de su equipo durante 2010.